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La gran importancia de los papás en la vida de las hijas

La presencia del papá es muy importante para los hijos, pues aparte de que los ayuda a interiorizar su masculinidad, les da firmeza, aumenta su autoestima, los alimenta espiritualmente con su sola presencia, brindando el afecto que es propio de su naturaleza masculina.

Pero las hijas también necesitan de la figura paterna. El papá les brinda seguridad, confianza, tranquilidad, y también su presencia aumenta su autoestima. Y esta reflexión no es sólo para los papás que viven en la casa junto a ellas. También va para los papás que por alguna circunstancia no viven en el hogar con sus hijas, por una separación.

Quiero compartir con los lectores, un artículo publicado en Vanguardia MX, en la sección Buena Vida, del 5 de junio del 2017: “Joyce McFadden psicoanalista y autora del libro: “Your Daughter´s Bedroom: Insights for Raising Confident Woman (El cuarto de tu hija: ideas para criar una mujer confiada)”,  publicó en su blog: “Una niña necesita el apoyo de su padre en su incipiente desarrollo sexual, pues le ayudará a entender aspectos relevantes que le servirán para modelar su visión del mundo, y el lugar que ocupa en él. El papá puede influir en su nivel de autoestima, de aceptación de su propio cuerpo; además es el encargado de mostrarle, mediante su comportamiento, la manera en que un chico o un hombre debe tratarla".

Cuando hablamos de la relación papás e hijas, surgen muchas ideas, reflexiones y en este caso, una investigación muy interesante dirigida por Jennifer Mascaro, profesora en la Escuela de Medicina Emory en Atlanta, donde se le pidió a 52 papás llevar un chip en su cinturón durante 48 horas, para recuperar información sobre cómo el cerebro del hombre responde cuando se interactúa con las hijas y con los hijos varones.

Esta investigación arrojó que los papás tienden a ser más comprensivos y a ponerles más atención a sus hijas que a los sentimientos de sus hijos varones. También a las hijas les hablan de manera diferente, incluyendo un vocabulario más cálido que el que usan con sus hijos. En los escaneos cerebrales que se les hicieron a estos papás, también se encontró que cuando ellos miran fotografías de sus hijas, reaccionan con sentimientos relacionados a la felicidad.

Las niñas tiene una gran necesidad del afecto y atenciones del papá en la etapa donde ellas están desarrollando el sentido de lo que es ser mujer: aproximadamente entre los 4 y 5 años, y como lo dice la psicóloga Dr. Marie Hartwell-Walker, autora del libro “Tending the Family Heart: Connecting your family in disconnecting times”: “Los papás tienen una gran responsabilidad en la educación y el desarrollo de sus hijas. Su influencia, sea negativa o positiva, afecta directamente a la siguiente generación.”

¿Qué es lo más importante que las niñas aprenden de sus padres?

Son un modelo de sus futuros esposos

El papá es el primer amor de una niña, suele decir la frase, y hay mucho de fondo en esas palabras. Las niñas observan y escuchan para aprender a conducirse y cómo relacionarse con los varones que encontrará en su vida. De ahí que sea tan importante que el papá no sea violento, agresivo y mucho menos abusivo. Si el papá ama a sus hijas, las criará para que ellas se relacionen con hombres que las tratarán igual o mejor que lo que él las trató cuando eran niñas.

Aprenden cómo un hombre debe tratarlas

Las faltas de respeto, golpes, agresiones hacia la esposa, es lo que las niñas aprenderán para comportarse; se volverán sumisas y aceptarán la violencia como lo normal en sus vidas, porque así era en casa, o porque los hombres son así y hay que entenderlos o aceptarlos sin más.

Cultivar la estima de las niñas

La visión del padre y sus comentarios hacia su cuerpo y figura, les ayudará a las pequeñas a entender y saberse bonitas, fuertes, y que lo que se propongan lo pueden lograr; que no deben esperar a gustar a todos, y que su cuerpo debe ser respetado por otros, porque su papá  así lo hizo con ellas y así les enseñó. Las mujeres adquieren la fuerza del padre porque él es su gran respaldo.

¿Por qué no obedecen los hijos?

Si hablas, das órdenes una y otra vez y hasta te enojas pero a tus hijos ni les va ni les viene, es que al parecer has perdido la autoridad. La obediencia es a los hijos como la autoridad es a los padres. Son dos elementos que se fusionan y depende el uno del otro. En palabras más sencillas: sin la autoridad de los padres no puede haber obediencia de los hijos.

La ausencia de autoridad de los padres, es decir, la ausencia de normas, de límites, de acciones que deben ejecutar, desconcierta a los hijos. Y les hace sufrir porque desconocen el camino a seguir. Cuando el niño sabe exactamente lo que se espera de él, conoce los límites y normas que debe cumplir, cuando se le exige acompañado de cariño, el niño se siente seguro, tiene referencias y nosotros por tanto estamos ejerciendo bien la autoridad. Ejercer la autoridad es enseñar valores a nuestros hijos, es ayudarles a madurar, es darles los cimientos para toda una vida futura, es formarlos en base al respeto, el amor y cumplimiento de normas. Muy diferente al autoritarismo, el cual busca imponer sin importar el beneficio de los demás, pues lo hace para demostrar su poder.

Una de las consecuencias que acarrea la ausencia de autoridad paterna es la manipulación de los hijos. Lo cual es lógico, cuando los padres no tienen una postura firme sino que son como veleros que se van para donde sople el viento, los hijos toman el mando de control y los padres quedan relegados. En la mayoría de los casos, cuando los hijos no obedecen, se debe a una autoridad mal ejercida.

Laura María Noboa, licenciada en orientación familiar y directora de la web ecuatoriana ‘Construyendo Familias’, explica que muchas veces los hijos no obedecen porque tratan de llamar la atención de los padres de forma negativa, sobre todo cuando los padres viven regañando a los chicos.

“Mejor es un palo que nada. Esto significa que los niños necesitan atención de sus padres para saber que existen y que son amados. Esta atención puede venir de forma positiva o negativa. Si tú solo retas a tus hijos les estás dando una atención negativa, entonces los hijos aprenden desde chiquitos que el papá solo lo mira para regañarlo y cuando hace algo bien nadie lo mira”, detalló la experta.

Nadie quiere ser transparente entonces, si la única forma de que tus padres te presten atención es desobedeciendo, esa es la vía que elegirán los hijos. Los niños que solo hacen berrinches deben llevar a sus padres a cuestionarse: ¿Qué tanto miro a mis hijos cuando hacen las cosas bien? ¿Acaso vivo regañándolo y castigándolo? Recuerda que el clima familiar lo pone papá. (F)

 

Fuente: ElUniverso.com

¿Se pasa tu hijo por la noche a tu cama?

¿Tu hijo se pasa a tu cama todas las noches?

Realmente no estás solo, esto sucede a muchísimas parejas a diario, quienes sin imaginar que éste comportamiento puede durar años, no lo paran, pues se endulzan con lo tierno que es sentir al hijo pequeño cerca acompañados con lo cansado que es pasar el niño de regreso a su cama cada vez que esto sucede.

Es importante que tengan claro que los niños deben acostumbrarse a dormir en su cama, y corresponde a los padres educarlos en éste sentido.

Mi relación de pareja y el celular

Estamos habituados al uso del celular, que hemos perdido conciencia de cómo éste afecta nuestras relaciones.

En concreto quisiera que nos detengamos a meditar, cuánto tiempo del que ocupamos en el celular es el tiempo que estamos dejando de compartir con la pareja.

Si cada uno de la pareja se destina mucho de su tiempo libre al uso del celular, seguramente en muchas ocasiones estarán juntos, pero separados por sus pantallas, cada uno conversando con alguien distinto, o entretenidos en redes sociales, conectados con el mundo, pero desconectados en pareja.

Los nuevos desafíos de ser papá

Ser papá

La experiencia de ser papá comienza desde el instante en que la esposa le cuenta que está embarazada.   En ese momento se actualiza la expectativa de cómo será él en el rol de padre, que tipo de padre le gustaría ser, y se inquieta por la responsabilidad económica que esto implica, comenzando por el costo del embarazo, atenciones médicas, hospitalización, proyectándose hasta la universidad del hijo, y cómo lo hará, todas sus dudas sobre cómo se ve a sí mismo como padre… Más adelante, se imagina cómo será su hijo, a quién se parecerá… Al ver la primera ecografía se despierta del sueño y vive a su hijo como una realidad. Luego, al sentir las pataditas tocando la barriga, no tardará en darse cuenta que si le conversa, el bebé reconocerá su voz, dándose la primera comunicación padre-hijo.

Las nuevas generaciones de papás participan del parto o cesárea; recordando que es la esposa quien da a luz, pero son los dos los que se convierten en padres, por lo tanto ambos participan del alumbramiento. Al cortar el papá el cordón umbilical, estará representando gráficamente una función que deberá cumplir como padre en muchas ocasiones para lograr la distancia prudente entre la madre y el hijo cada vez que la mamá sea sobreprotectora y el considere que debe ayudar al hijo en su autonomía, deberá participar, al igual que en su nacimiento, ayudándolo a crecer.

Y empieza así una relación paternal que será la guía, protección, abrigo y amor mientras los hijos crecen y maduran; y que los acompañará durante su edad adulta.


Un modelo para los hijos

Como papá eres indiscutiblemente el “modelo”, la imagen de hombre que tus hijos imitarán, lo que se graba en su memoria como el significado de lo que es un padre, esposo y hombre, cómo están en el mundo, lo que hacen, cómo se comportan, las decisiones que toman, la forma de dar afecto, por lo tanto, lo que ellos pueden llegar a ser cuando sean adultos.

Es ahí en dónde los padres tienen una oportunidad de oro para intentar ser la mejor versión de sí mismos como una herencia amorosa a sus hijos, que lo están mirando todo, cada detalle de su comportamiento: como trata a la mamá, a los hijos, a las otras personas, si es generoso o no, si hace trampa o si es justo, si lee o hace deporte, si es solitario y busca a la familia para compartir, si es grosero o gentil, si es amable y educado… todo lo están registrando para luego confrontar con su propia expectativa de cómo quieren ser el día que sean padres.

Mientras los hijos crecen, los papás son sus héroes. Ellos requieren compartir con papá, cada día tienen más necesidad de estar contigo, y más te extrañan cuando no estás. Participar desde que son bebés cambiándole el pañal, o sacando gases, tal vez haciéndolos dormir. Todo implica una inversión de tiempo, paciencia y esfuerzo amoroso, pero la recompensa de verlos crecer no tiene precio, es infinitamente mayor a lo que se invirtió en el proceso.

Cuantas veces han escuchado a su hijo decir: “papá, cuando sea grande quiero ser como tú”. Que orgullo tan grande siente el papá, y que compromiso igual de grande adquiere, pues eso significa mirarse los defectos y trabajar en ellos.

Estilos educativos de los padres

Cada uno tiene un estilo de paternidad. Éste depende de los modelos que han tenido cerca mientras eran niños y sienten que les hizo bien, o les gustó; de lo contrario desarrollan justamente un estilo que se aleja de lo aprendido y se identifica con su expectativa de lo que consideran es un papá que les gustaría ser. A continuación detallamos los estilos educativos de los padres:

Estilo Normativo

Es el papá que por excelencia corrige a los hijos constantemente y pone reglas en casa. Un papá normativo dedica más tiempo y esfuerzo a poner reglas y hacerlas cumplir que a compartir y ser afectuoso.  Es justamente las muestras de afecto el aspecto que deberá tener en cuenta en la relación con sus hijos, pues es lo que se le dificulta.

Engreidor

Es aquel  papá que es muy cariñoso con sus hijos y usualmente le cuesta esfuerzo poner límites. Se siente cómodo siendo el papá cercano y prefiere delegar a la esposa las normas. El papá engreidor debe cuidar mucho evitar la sobreprotección, pues como se siente cómodo dando afecto, podría dificultársele dejarlos crecer en autonomía, y desarrollar todas sus habilidades según su edad.

Juguetón

Éste, se relaciona con los hijos a través del juego. Cuando sus hijos lo ven corren para pedirle compartir un momento de diversión. Usualmente comparten tiempo valioso de esparcimiento en el que padre e hijos disfrutan juntos.  El padre juguetón deberá tener muy en cuenta que es importante también poner límites y normas, pues corre el riesgo que sus hijos lo vean solo como un adulto para divertirse y crean que el rol de padre se reduce a esta actividad.  El balance entre el juego y los límites será algo a tener en cuenta.

Trabajador

Aunque todos los papás están trabajando, a este papá le cuesta compartir tiempo con sus hijos pues está trabajando la mayor parte del día llegando a casa muy tarde en la noche, estando muy ocupado los fines de semana, por lo tanto está bastante ausente de la vida de la familia.  Es un padre esencialmente proveedor.  El padre trabajador debe cuidar mucho su horario, pues sus hijos lo necesitan presente en casa para conocerlo y compartir con él, solo así sentirán a su padre cerca teniendo la oportunidad de dar y recibir afecto, así como verlo actuar en su rol de esposo.

Aunque te identifiques con un estilo en particular, debes procurar tomar de los otros sus características principales pues para relacionarte positivamente con tu hijo y educarlo, él necesita de las normas, el cariño, el juego y verte trabajar por la familia.

El Camino que no iba a ninguna parte [cuento]

Una Mamá le pregunto al sabio Einstein, qué podía hacer para que su hijo sea brillante como él, éste le contesto:-Léele cuentos, -Pero algo mas- insistió la madre -A lo que él respondió- léele cuentos maravillosos, La tercera vez que la señora insistió, porque no estaba convencida que la lectura haría el efecto que ella deseaba para su hijo, él, con una sonrisa de paciencia le dijo por última vez- Siempre léeles cuentos maravillosos.

Tengamos presente el lema: “Niños que leen, mentes brillantes”. Lo importante es lograr que tu hijo ame la lectura, y esta responsabilidad recae en padres y maestros, ellos deben hacerlo de una manera agradable, y buscar temas de interés en el niño. Les contare una historia del famoso escritor Gianni Rodari (italiano)

El Camino que no iba a ninguna parte, Editorial SM

A la salida de un pequeño pueblo, había tres caminos.  El uno, llevaba al mar, el segundo a la ciudad y el tercero a ninguna parte. Martín tenía curiosidad de saber donde iba el tercero y siempre recibía la misma respuesta, hasta que un buen día el resolvió ir por el tercer camino.  Pasó por un bosque y de pronto se encontró con un sitio iluminado, un perrito salió a recibirlo y lo guió hasta un castillo, en la ventana una hermosa princesa lo saludó, llevándolo a muchas salas donde había cantidades de monedas de oro y otras piedras preciosas.  Le dijo: “Toma todo lo que quieras y llévalo a tu gente”. Cuando regresó al pueblo cargado de tesoros los habitantes se repartieron lo que querían, cuando éstos quisieron ir por el tercer camino, encontraron que estaba lleno de maleza y que no iba a ninguna parte. Sería bueno que saquen las conclusiones.

La tercera vez que la señora insistió, porque no estaba convencida que la lectura haría el efecto que ella deseaba para su hijo, él, con una sonrisa de paciencia le dijo por última vez- Siempre léeles cuentos maravillosos.

 

Recomendaciones para disfrutar las vacaciones familiares

“Mami, se te ve feliz…. ¿Hay una buena noticia?” O “qué simpático y chistoso que es mi papi, pero si parece un niño…” Estos son los comentarios que hacen los hijos cuando experimentan a sus papas en vacaciones, cuan positivo es que ellos nos vean y nos vivan sin el estrés diario. Cuando en una familia salimos de lo cotidiano y nos relajamos, mostramos facetas que nos sorprenden incluso a nosotros mismos, posibilitando un encuentro más espontáneo…y un ambiente familiar pacifico y alegre.

En la medida de nuestras posibilidades planifiquemos unos momentos de vacaciones junto a nuestros hijos.

Aprovechemos para salir de nuestra ciudad y viajar a la playa o sierra, cambiar de actividad y descansar juntos en familia.


Recomendaciones para disfrutar las vacaciones familiares

Expectativas aterrizadas: Es importante conocer y ponernos de acuerdo en pareja en qué tipo de vacaciones serán y lo que esperamos de ellas, y esto compartirlo con los hijos. Pues si vamos a la playa con la idea de pasarla en familia y los hijos se van cada uno por su lado, estaremos decepcionados y molestos. Lo más saludable es sentarse en familia y que cada uno de su opinión sobre lo que espera del viaje para así en lo posible tratar de dar gusto a todos.

Tareas repartidas: Evitemos malos entendidos y frases como “detesto las vacaciones, todos pasan bien menos yo”, o, “estos chicos son unos frescos, ingratos, se quejan por todo, y no ayudan en nada”.

La única forma de evitar éstos malos entendidos es aclarando y repartiendo tareas antes del viaje entre todos los miembros de la familia, así cada uno tendrá su área de responsabilidad y no recaerá todo sobre el papá y la mamá.

El presupuesto: Para que las vacaciones sean placenteras, los papás deben tener claro cual es el presupuesto del viaje, para que así puedan ponerse límites ellos y a sus hijos y eviten las discusiones por dinero que se dan al no conocer hasta dónde pueden llegar con el gasto.

Animo positivo: Nos corresponde a los papás dar el ejemplo del ánimo en positivo, estar de buen humor, tomar las iniciativas, escuchar a los hijos, para así lograr acuerdos en dónde todos se sientan escuchados y por lo tanto importantes.

Actitud flexible: Si cuando estemos ya de vacaciones nuestros hijos nos hacen alguna propuesta que está fuera de lo planificado, escuchemos lo que tienen que decir, pues es muy probable que en esa propuesta está el sentir de él y de sus hermanos.  Si lo que propone es viable, considerar un cambio de planes podría significar una ganancia familiar.

Actitud de escucha:  Esforcémonos por tener una actitud de escucha para que todos nuestros hijos se sientan tomados en cuenta en las decisiones que tomemos, y por lo tanto se sientan incluidos como parte importante de los planes de vacaciones.

Busquemos a través de las vacaciones “Vivencias familiares que llenen el corazón que serán recordadas por nuestros hijos toda la vida con amor”

Cuando compartes con tus hijos experiencias con amor, son recordadas con amor. 

Mi hijo se pasa a nuestra cama todas las noches

Mi esposo y yo somos padres de dos niños, el mayor tiene 3 años, y el menor es un bebé de 8 meses. Nuestro hijo de 3 años empezó a pasarse a nuestra cama cuando tenía dos años, pues fue justamente cuando lo sacamos de la cuna y lo pasamos a su cama.
Usualmente tipo 12 de la noche, aunque hay días en que se queda dormido en nuestra cama mientras vemos TV, y ya amanece ahí. A nosotros nos encanta tenerlo cerca, realmente lo sentimos tan tierno, a veces se pega al papá, otras a mí. La maestra del jardín nos ha dicho que debería dormir toda la noche en su cuarto, pero nosotros no estamos seguros si será necesario esto, pues implicaría una pelea titánica cada noche, y tanto mi esposo como yo trabajamos y no estamos dispuestos a tener malas noches, pues nos acostamos muy cansados.
 

El problema:

Esto que ustedes permiten, es algo que cada día sucede a más y más parejas, de tal forma que se está convirtiendo en algo “normal” en la vida de muchas familias.  Les pregunto ¿hasta cuando lo permitirán?

Suele ocurrir que pasan los años, los hijos crecen, y siendo éstos ya adolescentes siguen durmiendo con sus papás, en muchos casos ya no en la misma cama, pero sí en un colchón que guardan bajo la cama de sus papás, convirtiéndose en un verdadero problema tanto para el chico que no se atreve a dormir solo, como para los padres que necesitan de intimidad.  La presencia del hijo en la cama de los padres sugiere además para algunos una dificultad para encontrarse y vivir su vida sexual, resultando una forma "natural" de evitarse, justificando en la presencia del hijo la distancia en la pareja.  Visto de esta manera la pareja evade la posibilidad de abordar a través del diálogo el problema de fondo.

Es muy natural que nuestros hijos se sientan seguros al lado nuestro, y también que en ocasiones la hora de dormir sea un momento de temor, pues el cuarto está oscuro, y además implica quedarse solos, sin la mamá o el papá, hasta el amanecer.  Estos miedos, normales, se pueden reducir con una luz pequeña prendida en el cuarto y/o  leyéndoles un cuento antes de dormir, pero me dirán ustedes: “igual se sigue levantando o hace un escándalo para que lo acompañemos físicamente, de tal forma que mamá se queda dormida junto a él, y muy tarde se despierta dándose cuenta que está en la cama del hijo acompañándolo” , es verdad, tienen razón, no es fácil, eso sucede! Pero es justo en ese momento en que nosotros los padres tenemos dos opciones:

1. pelear la batalla con firmeza, incomodándonos, hasta lograr que se duerman en su cuarto, o, regresándolo a su cama cada vez que se pasen a la nuestra, así sean 3  o 4 veces en la madrugada.

2. acomodarnos a la situación, justificando nuestro actuar en que estamos cansados y además se nos rompe el alma al verlos tan tristes y asustados.

Dificultades comunes:

Las dificultades más comunes a la hora de acostar a los niños en su cuarto son:

1. No se quiere dormir, lo demuestra llorando.

2. Pide que le lean un cuento muchas veces para tranquilizarse y mantener a mamá en la habitación.

3. La mamá quiere que el papá se encargue de esto y se molesta.

4. El papá asume que debe hacerlo la mamá, y cuando esta se queda dormida en el cuarto del bebé se molesta porque regresa al cuarto de la pareja muy tarde y ya no hay diálogo posible a esa hora.

Las dificultades más comunes a la hora de resolver que el niño se pasa a la cama de los papás:

1.  Ninguno lo sintió cuando se pasó a la cama de los papás.

2.  El que lo sintió no quiere despertarse e iniciar una lucha llevándolo de regreso, espera que él otro reaccione.

3. Ninguno se siente con la fuerza suficiente para iniciar un proceso de regresar a su hijo a su cama de forma constante.

4. No tienen conciencia que es una situación que debe cambiar, y que si no se lo hace a tiempo tendrán a su hijo durmiendo con ellos hasta que se vaya a la universidad.

Un espacio para la pareja, un límite a los hijos:

La familia tiene momentos y espacios para compartir, y es muy importante definir los límites en los cuales participan padres e hijos.  Así como los padres tienen actividades en las cuales no participan los hijos, pues pertenecen solo a la pareja, como es el salir a cenar o al cine en la noche, igual a la hora de descansar, los hijos tienen su cama y su habitación y los padres la de ellos.  Es muy importante enseñarle a los hijos que hay un espacio de intimidad que solo corresponde a los padres, y del cual los hijos no participan.  Cuando permitimos que duerman con nosotros, confundimos completamente los límites y a nuestros hijos también.  Los padres, que también son esposos, necesitan de un espacio para el encuentro, en el que pueda crecer su relación de pareja, sea para  profundizar en el diálogo, tener relaciones sexuales, ver tv, o simplemente acompañarse en silencio, en dónde no hay espacio para un tercero.

Las excepciones existen:

Me dirán también: “ qué pasa cuando tienen fiebre o vómito? “   las excepciones existen! Cuando tenemos un hijo enfermo, debemos cuidarlo, y muchas veces es más eficaz para éste propósito que duerman con nosotros, y así ellos deberán saberlo. Esta enfermedad no es excusa para que se queden en la cama de los padres por años, luego de la emergencia habrá que retomar la rutina, así ellos confirmarán que los padres son firmes y saben lo que hacen.

La solución:

1. Tomar conciencia que tienen un problema.

2.Dialogar en pareja sobre qué método utilizarán para regresarlo a su cama.

3. Asumir en pareja la responsabilidad de la tarea que implica regresarlo a su cama.

4. Hablar con su hijo y explicarle que el tiene su propia cama y que cada vez que se pase a la cama de los papás será regresado a la suya.

5.  Apoyarse mutuamente para cumplirlo.

6. No descalificarse uno a otro quitando importancia a lo sucedido para poder seguir durmiendo.

7. Turnarse las noches, así los dos se implicarán en la solución y tendrán algunas noches en que duerman mejor.

8.  Tomar una decisión en firme, que una vez iniciado el proceso debe haber firmeza y continuidad para mantenerla. Si se hace unos días y otros no el niño sabrá que debe seguir intentando porque a veces los papás ceden, será un mensaje confuso y todos los intentos anteriores quedarán sin validez.

9. Cuando hay constancia en el proceso, podrán vivir unas primeras noches muy difíciles por las continuas levantadas, pero llegará un día mágico en el que duerman toda la noche y al amanecer se den cuenta que ya no se pasó.

Nuestros hijos pueden pedir muchas cosas, pero es nuestra claridad sobre lo que es bueno para ellos, y la firmeza para ejecutarlo lo que nos da la autoridad a la hora de educar.  Hay muchas situaciones que son agradables, que pueden parecer buenas, pero que traen consecuencias negativas a la familia, y requieren de padres valientes que puedan contener sus deseos inmediatos de satisfacción, por unos resultados a largo plazo que los beneficien y eduquen.  Depende de ustedes! Buena Suerte!

¿Suegros/papás metidos? ¿Que hago si nos parece que toman una decisión equivocada?

Habrá ocasiones en que una decisión tomada por nuestros hijos nos preocupe mucho, pues pensamos que será una mala decisión que podría traerles consecuencias que ellos no están previniendo por su juventud, y consideramos que ven los posibles resultados de forma ingenua,banal o inmadura. Si esto sucediera, es importante que conversemos con nuestro hijo o hija, a solas,(no con su esposo o esposa) y con argumentos claros le expliquemos nuestra franca preocupación de por qué nos parece una decisión equivocada.

El objetivo del diálogo no debe ser tratar de convencerlos, sino conducirlos a analizar los motivos que los llevan a tomar esta decisión, y compartir nuestro punto de vista contribuyendo a una reflexión sobre el tema. Finalmente la decisión será de ellos, pero sabremos que hicimos lo correcto al no callar y ver los toros de lejos; sino, atrevernos a compartir nuestra forma de pensar de manera sincera. Una conversación positiva con la que se pretende educar, no debe llevar a los padres e hijos a ningún tipo de ruptura, por el contrario debe favorecer la unión y brindar al hijo la alegría de saber que cuenta con padres a quienes le importa, y que lo serán por siempre. Cuida al conversar con tu hijo lo siguiente:

  • Un diálogo positivo es el que respeta la opinión del otro.
  • Si has expuesto tu opinión y tu hijo tiene clara su propia opinión aprende a que la diferencia no tiene porqué separarlos, ni resentirlos.
  • El diálogo es sobre el punto en referencia, no sobre las personas, evita adjetivos negativos o acusaciones, con eso no aportas en positivo al diálogo sincero.
  • No te tomes personal la opinión o decisión de tu hijo.
  • Recuerda que al igual que lo hiciste tú, el ya es dueño de su vida.
  • El amor entre padres e hijos es gratuito.  No está sujeto a que me complazca o no con una decisión.
  • Los desacuerdos son válidos, no tienen porqué resentir a las partes involucradas.
  • Respetar a la nueva pareja de casados como una unidad distinta a sus padres.

 

 

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