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¿Se pasa tu hijo por la noche a tu cama?

¿Tu hijo se pasa a tu cama todas las noches?

Realmente no estás solo, esto sucede a muchísimas parejas a diario, quienes sin imaginar que éste comportamiento puede durar años, no lo paran, pues se endulzan con lo tierno que es sentir al hijo pequeño cerca acompañados con lo cansado que es pasar el niño de regreso a su cama cada vez que esto sucede.

Es importante que tengan claro que los niños deben acostumbrarse a dormir en su cama, y corresponde a los padres educarlos en éste sentido.

¿Cómo debe ser tu vestido para la fiesta de graduación de tu hijo?

Se terminó la vida escolar de tu hijo y es tiempo de festejar. Cómo debe ser tu vestido para la fiesta de graduación es un tema importante que no debe dejarse para última hora.

La madre de un joven que se gradúa de colegio juega un papel significativo en la graduación, lo ha acompañado durante toda su vida escolar y ahora termina una etapa, muchas veces con gran emoción e incertidumbre por lo que vendrá.

Para la fiesta de graduación debes tener presente que tu outfit no compita con el de tu hija. Una mamá es el apoyo más grande de los hijos y su mayor ejemplo, así que trata de no opacarlos, ya que éste es su día más importante hasta ahora.

Si tu hija se gradúa, lo ideal sería consultarlo con ella, o hacerla sentir “parte importante de”. Por ejemplo, ir a escoger el vestido juntas, o preguntarle qué color le aconsejaría o gustaría que ella lleve puesto.

El color puede ser lo mejor o lo peor del atuendo. El color marca completamente tu prenda. Sin embargo, si es el incorrecto, puede convertir una buena prenda, en una mala elección. Debes tener en cuenta tu tono de piel al escoger el color de tu vestido.

Una paleta de colores neutros como el negro, nude, azul marino, rojo, concho de vino, morado oscuro e incluso tonos pasteles serían ideales para mamá de graduado. Sólo asegúrate de que no sean demasiado saturados, estampados o transparentes. No uses colores brillantes.

Evita escotes muy profundos o vestidos apretados que marquen tu silueta, ya que es mejor para este tipo de eventos, que la falda caiga recta para mantener la elegancia.

La mayoría de las veces el largo del vestido es acordado entre los padres de familia de la clase, si no es así, recuerda que es un evento formal y es el día más importante para tu hijo ya que cruza una nueva etapa de su vida, por eso debes usar vestido etiqueta, es decir largo, que siempre es más elegante.

La clave está en ser elegante y sobria, buscar un color que te favorezca y accesorios bonitos que ayuden a adornar el outfit; recordando siempre que vas a vivir un momento muy especial en la vida familiar.

Ser Mamá

Cada una de nosotras tiene una expectativa diferente de lo que significa ser mamá, esto tiene relación a nuestra propia experiencia como hijas, al estilo de maternidad que hemos vivido desde nuestra madre, abuelas, tías y otras mujeres adultas que pueden haber estado a nuestro alrededor mientras crecíamos, de quienes aprendimos lo que queremos imitar, y de lo que nos gustaría diferenciarnos, al momento de ser “mamás”. Con el nacimiento de nuestro primer hijo nacemos como madres, y es junto a éste que iremos creciendo y definiendo nuestro estilo de mamá. Descubriremos que frente a cada hijo existe la posibilidad de actuar o reaccionar de forma diferente, pues aunque seamos la misma persona, tenemos con cada uno de ellos una relación única ya que ellos son diferentes entre sí.  Esto nos permite descubrirnos con un infinito de posibilidades personales que podremos aprovechar para ser la mejor versión de nosotras mismas. La maternidad implica la responsabilidad de amar, criar, guiar y proteger a nuestros hijos, ser su ejemplo, señalarles el norte.

Esta tarea no es delegable… es un acto amoroso que dura toda la vida, pero evoluciona constantemente en la medida en que nuestros hijos crecen y maduran.

Cuando recién nacen ocupan todo nuestro tiempo, atención y cuidados. A medida que aprenden a caminar empezamos poco a poco a soltar sus manos y a acompañarlos en su caminar por la vida.  Siempre pendientes, poniendo límites y reglas, armando sus rutinas, dándoles guía, atención y cuidados. Permite que se vista solo a los 4 años y ayúdale a abotonar su camisa; que haga sus deberes solo a los 6 años, después de haberlo ayudado a organizar sus tareas; y así, permitir que crezca, madure y gane autonomía, para que a la hora de ser adulto y tome las riendas de su vida, lo haga de manera independiente y segura.  Pero seguiremos siendo sus madres, y estaremos allí cuando nos necesiten, siempre para amarlos y darles compañía y buen consejo.  

El amor de Mamá, una mirada que construye autoestima

¡El poder de la mirada! Las miradas son poderosas a la hora de transmitir un mensaje, pero la mirada de mamá es trascendente. Una mirada, dependiendo como sea ésta, lleva un claro mensaje de amor, aprobación, así como desprecio o reprobación.

La mirada lleva un mensaje que va directo al alma, y se queda grabada en la memoria emocional con un significado;

Por lo tanto a mayor cantidad de miradas de amor, mayor autoestima; a mayor cantidad de miradas de reprobación será mayor la descalificación recibida.  Estas miradas se van grabando de tal manera que nuestros hijos se construyen frente a ellas, es como un espejo en el que se ven, ahí radica nuestra responsabilidad, en que debemos devolverles una mirada honesta, fiel reflejo de ellos.  Que sume más en positivo a que reste en negativo, pues esa es la manera en que ellos aprenderán a quererse a sí mismos. Es en la mirada de mamá en la que encuentran complicidad, descanso, consuelo en los momentos en que ellos lo necesitan, por esto es tan importante que estemos presentes para ellos, sea que perdieran un partido de fútbol, se pelearan con la mejor amiga, o les terminó la novia; si ellos han sentido en su vida que pueden descansar en la mirada de mamá, lo seguirán haciendo y la seguirán buscando.

 “La mirada de amor de mamá es un regalo para toda la vida”

El legado de Mamá... Las tradiciones familiares

Al ser mamá tenemos oportunidades excepcionales, de las que no siempre estamos conscientes, pero si somos capaces de proyectarlas, descubrimos el enorme poder de influencia que tenemos, y cómo, a través de éste, podemos sembrar en nuestros hijos la experiencia de hábitos, costumbres y tradiciones que formen parte del bagaje emocional familiar y por lo tanto, construyan vivencias familiares importantes que puedan transmitirse de generación en generación, que unan y le den sentido de pertenencia.  Comienza desde que son pequeños, no esperes a que sean adultos para hacerlo. Si vienes de una familia de tradiciones, puedes continuar con algunas y reinventar otras adaptándolas a los tiempos modernos, pero si vienes de una familia sin costumbres que los una, tienes la posibilidad de empezar tú.

  • Hay familias que se reúnen a comer cangrejos o ha hacer una fritada y gozan tanto de esto que lo convierten en una tradición,
  • O los domingos en la noche a jugar juegos de mesa.
  • Ven películas los lunes y al finalizarla, conversen acerca de ella, qué les gustó, qué les sorprendió.
  • Conversan de temas interesantes durante el almuerzo, donde pueden todos opinar, preguntar y aprender a tener criterio.
  • Van al fútbol en familia.
  • Arreglan el jardín.
  • Visitan enfermos o personas necesitadas.
  • Otras eligen ciertos platos especiales que a todos les gustan para celebrar los días de fiesta de tal forma que con solo imaginarlos todos esperan que llegue ese día. En mi familia es tradición una muselina de chocolate con biscotelas que solo comemos en Navidad y Año Nuevo, y todos esperamos con ánsias la tan esperada muselina!
  • Hay otras familias que eligen cierto día de la semana para reunirse con todos y ponen de su parte para tener un día muy bonito, acogiendo con cariño a los suyos. Esto debes llevarlo con inteligencia, ya que cuando los hijos se casan y hacen su propia familia, tienen que acudir también a la casa de los padres de su pareja.  Lo mejor es conversar con todos y acordar un día a la semana, que puede ser sábado o domingo, o como una tía muy querida que reúne a sus hijos y nietos un día miércoles, todas las semanas para que pueda ir y encontrarse.  Así se van conociendo los hermanos, cuñados, y nietos.

No importa lo que decidas hacer, importa que se reúnan, se conozcan, compartan y se creen vínculos que los acompañarán siempre. No sólo hay que provocar y planificar la actividad o reunión, sino también transformarla en algo agradable para todos, crear un ambiente que contagie a los miembros de tu familia para que quieran y busquen repetirlo.  Hay quienes dicen que detestan el día de la madre porque su mamá siempre se ponía triste, o porque se reunían y sólo discutían los adultos, o que celebrar cumpleaños es feo porque sus papás tenían siempre conflictos en esa fecha. Cuidemos que sea un momento de unión, pues así estaremos sembrando positivamente.  Muchas veces puede ser muy cansado, pero lo importante en la vida nunca es ni sencillo ni fácil, y el beneficio es inmenso.  Inténtalo y verás cómo resulta en una experiencia de amor. Lea también: Buscar ¿Cuándo comienza a existir el ser humano ? 

Autoestima en el adolescente

¡La autoestima positiva en la adolescencia es la mejor inversión!

La autoestima es la valoración positiva o negativa que tenemos de nosotros mismos. Un niño, luego un adolescente con autoestima positiva tiene altas posibilidades de convertirse en un adulto feliz, que se quiere a sí mismo.

Que esto suceda en la vida de nuestros hijos es tarea fundamental de los padres, pues es el antídoto contra las adicciones, las presiones negativas de los amigos, y las decisiones destructivas.  

Trabajar en el autoestima de tu hijo es una tarea que comienza desde que está en la barriga.

Hijos seguros y amados

La Familia, es el punto de referencia afectivo más importante. Es en dónde nuestros hijos se descubren amados y reciben la seguridad afectiva que los llevara a desarrollar una alta autoestima. Desde la primaria o educación básica, nuestros hijos desarrollan una mayor socialización haciendo sus propios amigos, descubriendo que podrán ser más afines a unos niños que a otros, y están en contacto con profesores encargados de su educación académica y calificarán constantemente su desempeño. Pero es frente a la mirada de sus padres que necesitarán sentirse valiosos por ser quienes son.

Es la valoración de sus padres, la que será el mejor alimento para construir una autoestima alta, que se traducirá en seguridad personal.
Haz el ejercicio de buscar en cada uno de tus hijos los aspectos de su personalidad que más te gusten y díselo, es bueno para ellos escucharlo de nosotros:

- Eres muy solidaria, te has preocupado de no hacer bulla cuando a tu papá le duele la cabeza
- Tu fuerza de voluntad es admirable, a pesar del calor, has paseado al perro
- Que servicial eres ayudando a arreglar la mesa antes de cenar

Cuando deben mejorar en algo, puedes decirles:

- Puedes compartir tu juguete con tu hermano, a él también le gustaría
- Estoy segura que la próxima vez podrás mejorar la nota, hay que estudiar un poquito más
- Te olvidaste de sacar la basura a tiempo hoy, mañana que no se te olvide para que no se acumule

Compartamos vivencias que les llenen el corazón: recuerdos valiosos para la vida; la herencia más grande que podamos dejar a nuestros hijos es el corazón lleno de recuerdos de amor. Para lograrlo busca el tiempo para compartir con ellos en exclusiva, sin mirar el celular:

  • Un juego de mesa
  • Un paseo en bicicleta
  • Llevarlos a jugar fútbol, aunque sean sólo dos y lo único que puedan hacer sean tiros al arco
  • Siéntense a conversar de lo que a ellos les preocupa o los alegra
  • Diviértanse en un día caliente con agua de la manguera

Y así hay un sinfín de momentos que se pueden compartir donde lo que se necesita es el deseo de hacerlo y la buena disposición. De ahí saldrán esas vivencias, esos consejos, ese compartir que ellos recordarán toda la vida, porque fue agradable y se sintieron amados.

Como ser una mamá del siglo XXI

Mamá del siglo XXI: mamá polifuncional

Elevar la autoestima de mi hija adolescente

¿Como hago para elevar la autoestima de mi hija de 11 años, todo le da pena, llora al hablar, práctica voleibol y en sus partidos no es la misma del entrenamiento, no se que hacer? 
Emili

Entiendo que estas muy preocupada porque tu hija no es la misma en su entrenamiento de volley, así como por la tristeza que ella muestra. Los cambios de ánimo y de humor son naturales en la adoelscencia, y puede verse como algo natural de la etapa, sin embargo sólo tiene 11 años y podría estar recién comenzando su preadolescencia, a no ser que se le haya adelantado. Pienso que debes observar e indagar, pues parecería que algo le está pasando a nivel emocional.  Podría ser algún problema con alguien en el colegio, o con alguna persona significativa.  Intenta conversar con ella mostrando mucho interés en su bienestar.  Para que esta comunicación fluya, evita las amenazas o las descalificaciones, anímala, y dile que estás preocupada por ella pues la ves triste, para que ella intente verbalizar sus emociones, y tú puedas ayudarla.

Si no le pasa algo concreto, podrías pensar que es por la edad. Para trabajar su autoestima es importante que mires sus cualidades, aquello que hace bien y se lo digas, ella debe conocer que tú la valoras y que para ti es importante.  Reflexiona cuáles son sus exigencias y si están de acuerdo a su edad y madurez, pues si éstas desbordan su capacidad podría estar viviendo situaciones de stress que no la ayudan a fortalecer su autoestima. Encuentra tiempo para compartir con ella de forma exclusiva, para que ella note tu interés.  En los aspectos en que no le vaya bien, dale esperanza y confianza en que tú crees que ella es capaz y que con esfuerzo saldrá adelante.  ¡De esta forma se sentirá amada por tí!

Mi hija de 13 años no quiere conversar conmigo

Mi hija de 13 años no quiere conversar conmigo, no me cuenta sus cosas como antes. ¿Cómo hago para recuperar su confianza, para ser su amigo?

Juan G.  

 

Estimado Juan

Lo que está sucediendo en este momento se llama “entrada en la adolescencia”, es muy normal que cuando una chica cumple esa edad cambian sus prioridades. El grupo de amigas empieza a tener un lugar muy importante para ella, y los padres empezamos ha sentirnos relegados. Y es justamente como tu dices, ya no quiere conversar contigo, seguramente tampoco con su mamá, pues sus cosas las conversa con las amigas. Este alejamiento normal muchas veces lo interpretamos como falta de confianza, y no es así. A ésta edad su vida íntima la comparte con las amigas, el chico que le gusta, las peleas con los padres, lo que sucede en el aula con las amigas... es más si está frente a la computadora en el Facebook, o con su celular en snapchat, instagram o algún chat, seguramente tapará la pantalla si tu pasas por ahí, esa es una forma de proteger su intimidad de los adultos.

Lo importante en éste período es que respetes mucho la etapa por la que está pasando y no la forces a conversar, dale su espacio, pero ten siempre una actitud invitadora, ella no te va a contar los chismes de su edad, pero sí lo que es trascendental en su vida, sus preocupaciones más grandes, si alguien la trata mal, si tiene un problema que no sabe manejar, si es que está triste por algo importante,  que ella sienta que contigo puede contar, porque a lo largo de la vida así lo ha sentido, así se lo has demostrado.

A veces los padres nos confundimos y creemos que siendo su amigo recobraremos la confianza. No es así!! Ella te necesita a ti como PADRE, amigos tiene muchos, ellos van y vienen, tú estás ahí para siempre, amándola por lo que ella es. Cuando eres padre, te conviertes en un auténtico referente de lo que es un adulto, eres el modelo a seguir, a quién mira mientras crece.  En este caminar es de suma importancia que desarrolles un buen canal de comunicación con tu hija, eso quiere decir que aprendas a escucharla, más que a darle discursos o criticarla a ella o a sus amigas.  Claro que cuando algo te parece muy equivocado o te preocupa debes darle tu opinión, pero clara y objetiva sobre el hecho en concreto, sin juicios de valor o críticas personales.  Esta es la mejor forma de invertir en que pueda fluir la comunicación. Hazla sentir, a pesar que está en una edad en que parece que los papás no importan, que tú estás ahí para ella y que te importa, siendo afectivo con ella e interesándote por su vida.  Quién la va a educar, proteger y amar, sino tú.

Hay padres que cuando su hija cumple esta edad se alejan o cambian su forma de actuar con ellas, pues las ven más mujeres. Recuerda que ella te necesita siempre y aunque la veas más grande, igual necesita sentirte cerca y sentir tu afecto. 

Mi hija adolescente me insulta – ¿Como afrontarlo?

¡Mi hija adolescente me insulta!, tiene diez años y a veces me responde cada grosería que no sé cómo corregirla.  Algunas veces me provoca pegarle en la boca, pero me contengo porque pienso que ya se le pasará el mal genio, y a mi también, sin embargo me pregunto, ¿hasta dónde tolerar las respuestas groseras?

María.

Estimada María

Eso que te preguntas hoy nos sucede a muchas mamas, no estas sola. Las respuestas groseras son claras faltas de respeto, y los padres no tenemos porqué tolerarlas, es más, si lo hacemos, les damos el mensaje que aprobamos su comportamiento y que pueden seguir haciéndolo, que nosotros seguiremos ahí para escucharlo.   Cómo es nuestro deber educar a nuestros hijos tenemos que poner un límite, corregir, esto significa dejar en claro que no entraremos en ese juego. Esto es bastante difícil, pues frente a una provocación, usualmente respondemos de forma agresiva y los convertimos en víctimas de nuestro desborde, de nuestra furia, con lo cual se desvirtúa completamente lo que está sucediendo.

Estas educando a tu hija en una relación en la que tú la respetas, pide a ella lo mismo, respeto mutuo.

Te recomiendo que tengas una conversación con tu hija de forma firme, y a la vez amable, que entiendes que a veces no sabe como decirte las cosas, que en vez de faltarte el respeto, piense dos veces qué es lo que quiere transmitir para evitar el irrespeto, que causa dolor, malestar y reacción. La idea de esto es que ella se responsabilice de su actuar, y a la vez aprenda a verbalizar emociones… pues una cosa es decirte ¡“eres la peor mamá del mundo, te odio”! y otra diferente es “tu nunca me das ningún permiso, eso me duele, y me causa enfado” , y si a ella le cuesta contener la furia hacia ti, es mejor que se vaya a su cuarto y esté sola, para que aprenda a controlarse y no descargarse en otro. También puedes plantearle que ella de diga cuales serían las posibles soluciones a cuando se siente molesta contigo, para en vez de insultarte descargue su malestar en privado: salir a trotar, escuchar música, tocar guitarra… seguro existen muchas opciones. Cada vez que ocurra un episodio de éstos, no pierdas la cabeza, actúa con calma, acuérdate que el adulto eres tú, y con firmeza y amabilidad le dices que te ha faltado el respeto y le pides que se retire, pues no vas a permitir que continúe tratándote mal,  luego sigues con la actividad en la que estabas antes de la discusión, si estás sintiéndote llena de rabia o tristeza por lo ocurrido, busca tu también un espacio de silencio personal o una actividad que te ayude a calmarte. Los chicos son tan fuertes, que a veces los padres olvidamos que los que educamos somos nosotros….y les damos más explicaciones y justificaciones de lo que debemos.  

¡Eso es algo que nunca debemos olvidar! Estas educando a tu hija en una relación en la que tú la respetas, pide a ella lo mismo, respeto mutuo.   

Mi suegra consiente mucho a mi hija de dos años

Tengo una niña de 2 años, yo trabajo, mi esposo también, la niña se queda en casa de mi suegra todos los días, pues ella no trabaja y se ofreció en ayudarnos a cuidarla. Me siento frustrada y muy molesta porque ella le da todo gusto a mi hija con lo cual mi esposo está de acuerdo, y cuando la niña pasa en mi casa no quiere obedecer nada… Mi esposo dice que los abuelos son para consentir y que el no ve la necesidad de conversar con su mamá. ¿Qué puedo hacer? Mónica

Mi suegra consiente mucho a mi hija de dos años

Querida Mónica: Conciliar la vida profesional con la vida familiar es una tarea importante para una madre de familia. Contar con un familiar que te apoye cuidando a tu hija mientras tu esposo y tu trabajan es realmente uno de los retos más importantes, pues una de las dificultades más grandes es que haya alguien confiable y cuidadoso a quién poder delegar. En tu caso eso no es un problema, pues afortunadamente tu suegra está dispuesta a realizar la tarea, así ayuda a su hijo y a ti. Así como es una maravilla que la abuelita pueda hacerse cargo de la nieta mientras su hijo y nuera trabajan, así también hay riesgos que tienen que ver esencialmente con la educación y la posibilidad de contradicción en la forma entre lo que los padres quieren hacer con su hijo y lo que los abuelitos piensan que se debe hacer. Definitivamente dos estilos muy distintos, en dos roles diferentes.

Los estilos de educación:

Existen distintos estilos de educación, hay quienes son sobreprotectores, hay otras personas permisivas, o quienes educan con amor y firmeza. La dificultad radica en que el rol de abuelitos se distancia del rol de padres al ser mucho más permisivo y consentidor, en dónde hay ausencia de límites pues ellos ya no educan, ellos hacen las veces de abuelos. Esta figura, la de abuelos, cambia bastante cuando se convierten en los cuidadores de los nietos, pues al compartir con ellos a lo menos 8 horas diarias se ven enfrentados a la necesidad de educarlos. Esto no siempre sucede, hay muchos abuelitos que permanecen en su rol sin asumir la función de educador.

El desacuerdo:

Cuando esta figura se da, aparece el desacuerdo entre los padres que van a trabajar y los abuelos que cuidan al nieto, pues ellos están colaborando de la mejor manera que pueden y podrían sentirse criticados por sus hijos.

La solución:

Es muy importante que tu esposo tenga claro que existen estos dos roles, papás y abuelos, pero también cual es la diferencia entre los abuelos a los que se visita y la de los abuelos que cuidan diariamente al nieto, pues de continuar así la situación la única perdedora será tu hija que crecerá sin límites y siendo muy caprichosa. Les sugiero que tu esposo converse con su mamá y papá, no se trata de criticarlos, sino de agradecerles todo lo que hacen, pero además pedirles ciertos límites para su hija. No tienen que convertirse en los super educadores con miles de reglas, pero sí unas pocas reglas indispensables para la convivencia. Estas ustedes podrían comunicárselas y pedirles ayuda con esto cuando la niña esta en la casa de ellos, explicándoles que en su casa hay más reglas, pero que para casa de los abuelos necesitan ayuda con unas cuantas. Las reglas deberían ser en base a la forma de educar de ustedes, por ejemplo: Que después de comer ya no le den dulces a cada rato, que debe esperar al snack de la tarde, que no le den de beber coca sino agua, que intenten mantener los horarios.  Recuerda que debes elegir lo más importante, los aspectos más significativos,  pues ellos ya educaron a sus hijos y será complicado que puedan hacer todo lo que tú quisieras, habrán algunos aspectos que deberás poder pasar por alto. Un diálogo sincero, abierto en el que se expresa lo que se siente y se trasmite con mucho amor, buscando el bienestar para otro y evitando la crítica, será siempre el mejor camino para que una relación crezca. ¡Gracias por escribirnos, te deseamos lo mejor! 

 

 

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