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Las Chocochips

Escribo desde el cielo de las galletas, o de la tierra del Cookie Monster, no sé de dónde exactamente, pero aquí me quedo. Estas galletas aunque son súper simples, son deliciosas, igualitas a las que cocinaba de chiquita cuando mis amigas venían a ver películas, hoy las vuelvo a hacer pero con un toque gourmet para ver películas con las mismas amigas, porque hay cosas que nunca cambian y en un mundo tan acelerado, eso es hermoso. Eso logra la cocina en muchos de nosotros, ya sea cocinar para nuestros seres queridos, o que alguien que nos quiere cocine con amor para nosotros. La cocina es memoria, cultura, tradición y mucho amor, esto es lo que quiero compartir con ustedes en este blog, dentro de una página tan linda que comparte los valores bajo los que fui criada.

LAS chocochips (hago énfasis en LAS porque son de locos)

Rinde 46 galletas , pequeñas chocochip01

Ingredientes:
  • 1tz de mantequilla
  • ½tz de azúcar blanca
  • 1 1/2 tz de azúcar morena
  • 2 huevos
  • 2 1/2tz de harina sin polvo de hornear
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla
  • 1 cucharadita de polvo de hornear
  • 1 pizca de sal
  • 300 gr de chocolate en barra picado

Variaciones opcionales: Para dar un toque diferente a las galletas chocochip tradicionales podemos:

  • agregar un poco de sal encima de la masa antes de ser horneada, o
  • mezclarlas con nueces picadas, o
  • avena, o
  • frutas secas, o
  • lo que tu imaginación y tu antojo te pidan.
Pasos:

1. Batir la mantequilla (a temperatura ambiente) con el azúcar hasta que quede pálida y cremosa, puede ser con batidora o a mano.
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2. Agregar huevos uno por uno.

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 3. Agregamos esencia de vainilla, y después el royal, sal y la harina

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4. Con una espátula o cuchara de palo agregar los chips de chocolate y los extras que deseen, Yo agregué almendras picadas a una parte de la masa, a otra, frambuesas frescas que se hicieron puré cuando lo mezclé, la fruta fresca le da un toque de otro mundo así que sin miedo inténtenlo, ya sean frambuesas, mora, frutillas o lo que se les antoje. A otra parte de la masa de galletas antes de hornearlas les espolvoree sal marina.    

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5. Hacer bolitas de el mismo tamaño, como de una cucharada de masa, y hornear por 12 minutos a 180 grados     

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Violencia Filio-Parental, ¿qué es y cómo evitarla?

Hablamos de violencia Filio-Parental cuando nos referimos a las agresiones de hijos a sus progenitores.  No son un problema nuevo. Han existido siempre, asociadas a trastornos psicóticos, adicciones a drogas, retrasos mentales graves, o diversos trastornos mentales de origen orgánico.

Pero en los últimos años estamos asistiendo en España, –donde el problema tiene al parecer una mayor visibilidad- y en todos los países que comparten una serie de valores que podemos englobar bajo el término “cultura occidental”, a un nuevo tipo de agresiones a los progenitores, una “nueva” Violencia Filio-Parental (en adelante, VFP). (Pereira, 2006)

Esta nueva VFP se da en todo tipo de familias: monoparentales, nucleares, reconstituidas, adoptivas, etc. Tampoco hay diferencias por el estrato social o económico. No tienen, en la mayoría de los casos, antecedentes por consultas en servicios sociales o sanitarios, es decir, son familias “normalizadas” y de todo tipo. (Pereira y Bertino, 2009)

Los agresores son de un amplio abanico de edades, desde la infancia hasta la edad adulta, con mayor incidencia en la adolescencia. Son por igual chicos y chicas, con diferencias respecto al tipo de violencia que ejercen: los chicos llegan con más facilidad a la violencia física, mientras que las chicas se quedan más a menudo en la violencia psicológica. Va dirigida hacia sus progenitores, o aquellos adultos que ocupan su lugar: tutores, abuelos, educadores, etc. Agreden con más frecuencia a las madres que a los padres, dado que éstas suelen estar más entrampadas en la relación y más involucradas en la educación de los hijos. No se trata de una violencia de género, porque también los padres son objeto de la agresión con mucha frecuencia, y el género del agresor y agredido coincide muy a menudo: hijos a padres, hijas a madres, etc.

Se trata de agresiones reiteradas que generalmente se producen en escalada:
  • comienzan con agresiones verbales –insultos, lenguaje despectivo
  • continúan con amenazas –verbales o no verbales, gestos-,
  • ruptura de objetos –generalmente apreciados por el agresor
  • hasta llegar a las agresiones físicas de índole cada vez más grave. (Pereira y Bertino, 2009)

Con frecuencia se asocia al consumo de tóxicos, aunque éstos actúan más como “facilitadores” de las agresiones, y no pueden conceptuarse como el núcleo central del problema.

¿Qué es lo que está produciendo este espectacular incremento de Violencia Filio-Parental en tantos países?

Es difícil asociarlo con causas individuales. No podemos hablar de origen genético, dada la extensión del fenómeno. Ni estamos hablando de comportamientos psico o sociopáticos extendidos, dado que la violencia con frecuencia se produce únicamente en el interior del hogar familiar.

Más bien la extensión del problema nos hace pensar en cambios socio-culturales que afectan al funcionamiento familiar.  Los sistemas educativos – tanto el escolar como el familiar – se han vuelto más horizontales, y las distancias entre los sistemas jerárquicos de ambos se han acortado.

Cada vez es más difícil para los padres – o para los profesores – ejercer la autoridad. La utilización de la corrección física está descartada – en la mayor parte de los países europeos es un delito – y la percepción de apoyo social para esa tarea se ve cada vez más débil. La sociedad occidental es cada vez es más permisiva con la violencia de niños y adolescentes, que se ven continuamente bombardeados por mensajes violentos en los medios audiovisuales, mientras que a los padres cada vez se les tolera menos. Los padres pierden autoridad, y los hija/os cada vez tienen más poder en las familias. A veces tienen todo el poder, y se vuelven hijos tiranos de sus propios padres. Tener el poder les resulta deseable, pues les permite tener más libertad de actuación, y conseguir objetivos difíciles de alcanzar a su edad. Pero carecen de legitimidad para ejercerlo. Y para mantener un poder sin legitimidad es necesario utilizar la coerción, la violencia.

¿Cómo pueden los padres evitar que esto suceda?

EDUCANDO a los hijos. Educar no es una tarea fácil. Requiere tener ideas claras sobre lo que se desea transmitir, firmeza y constancia para hacerlo, y ser capaz de transmitir afecto, para que la imposición de normas no se convierta en un acto frío y totalitario, que genera rechazo en lugar de aceptación.

Algunas sencillas normas serían:

- Utilice el modelo que ha aprendido en su familia, si le ha ido bien. Si no, busque modelos alternativos en otros miembros de la familia o en los amigos. - Si tiene pareja, es posible que no coincidan exactamente en lo aprendido. Hablen mucho del tema, y procuren ponerse de acuerdo. - Si no lo consiguen, discutan lo que sea necesario, pero NUNCA introduzcan a sus hijos en sus conflictos. - Traten de llegar a consensos antes de impartir normas; pero si no han sido capaces, NUNCA desautoricen o boicoteen las de su pareja. - Es posible que en algún momento les vayan las cosas mal. Tal vez se hayan quedado solos/as tras una separación, y necesiten apoyo, consuelo y compañía. Búsquenlo, pero no en sus hijos. Sus hijos no son sus parejas ni sus amigos. Si se hacen amigos de sus hijos, les dejan huérfanos: no se puede ser padre y amigo a la vez. - Interésese de lo que le ocurre a sus hijos. Trate de estar al tanto de qué hacen y con quién lo hacen. Pero tampoco les sobreproteja. Los hijos tienen que aprender a resolver los problemas por sí mismos, y asumir riesgos razonables. - Si entra en conflicto con su hijo/a, y cree que debe reprobar o castigar su conducta, nunca lo haga “en caliente”, estando ambos alterados: espere a que las cosas se calmen, y aplique el correctivo que le haya parecido oportuno, y que sea proporcional a la infracción, explicando porqué lo hace.

- Y nunca, nunca, permita un insulto, un empujón, un mal gesto sin expresar con firmeza su desaprobación y su exigencia de que no se vuelva a repetir.

Recuerde la importancia de explicar a su hijo lo necesario que son valores como la empatía, la solidaridad, la compasión, la paciencia. No se desanime, y cuando flaquee, busque refuerzos. Y siempre, siempre, acompañe todo esto con mucho amor. Amor y firmeza, que no son en absoluto incompatibles. Bilbao, Octubre de 2015 Lea también: Hijos seguros y amados 

Tus hijos, mis hijos y los hijos que tendremos en común

Para convertirse en una gran familia en la que los hijos de ambos se lleven bien, en dónde exista una relación de cariño, es indispensable que por parte de los padres haya mucho amor y generosidad para ser pacientes en el proceso y permitir a los chicos adaptarse cada uno a su ritmo a esta nueva familia, comprendiendo la complejidad de la relación en que no todos los chicos  reaccionarán de  igual manera ni en los mismos tiempos.  La clave será la paciencia y el respeto a sus propios hijos en dónde no se vean forzados a una relación íntima de amistad para contentar a los papás.

Cinco situaciones complejas:

1. "Te amo a ti pero no a tus hijos" cuando esto sucede tendrás que pensar bien si quieres hacer una vida en común con esa persona, pues no creas que con el tiempo se encariñará con los niños. Debes tener claras tus prioridades, y saber que quién no es capaz de tener cariño a tus hijos, no podrá convivir en armonía con ellos, ni contigo.

2. Cuando uno de los dos es padre y el otro no: Ésta es una situación en la que podrías recibir muchas críticas de tu nueva pareja sobre tu estilo de parentalidad y  sobre todo lo que a él o ella le parece que haces mal o con lo que no está de acuerdo. Es indispensable que dialoguen sobre los desacuerdos en relación a educar a los hijos, así como llegar a consensos mínimos sobre los límites o no que tu nueva pareja tendrá en la educación de tu hijo.

3. La madrastra de Blancanieves o la nueva esposa de papá: Blancanieves es un cuento que encierra una realidad: los celos entre las mujeres. La nueva esposa de papá no tiene porqué ser la madrastra de Blancanieves, debe ser lo suficientemente comprensiva y respetuosa del espacio de las hijas de su esposo y él; aceptar que NO es la mamá, ni tratar de ocupar su lugar, para tener una relación armoniosa con las hijas de su esposo, sino que de una forma respetuosa a la identidad y costumbres de las hijas de su esposo, intentar construir puentes que las acerquen para que puedan tener una relación de amistad en dónde por ningún concepto se intente dañar la imagen de la madre de las niñas.

4.“Mi papá vive con otros niños” “lo extraño: ¿será que me va a reemplazar?” “Cuando él estaba soltero lo veía más”: Cuando un papá se casa con alguien que tiene hijos propios tendrá que ser especialmente cuidadoso de estar presente en la vida de sus propios hijos de tal manera que ellos sientan que ocupan el primer lugar en el corazón de su padre.

5. Respetar y propiciar los espacios de tu esposo o esposa con sus propios hijos: Con mucha frecuencia a la nueva pareja le cuesta aceptar que su esposo o esposa necesita tener espacios a solas con sus hijos propios sin su presencia.  Esto supone en algunas personas celos al tiempo de su esposa o esposo con sus hijos, además inseguridad al sentirse excluido.  Es importante que tengan paz, comprendiendo que esos espacios son importantes para su esposa o esposo, y que justamente lejos de ser un motivo de desunión, le garantizan una relación de pareja más sana en dónde las necesidades personales son entendidas y propiciadas por el otro.

  La relación con los hijos propios que no viven contigo. Lo común es que el papá ya no vive el día a día con sus hijos, pues estos quedan al cuidado de la mamá y se verán con él los fines de semana y entre semana algún día si lo hubieren acordado así. Aquí 5 tips a tomar en cuenta: 1. Deben sentir que la casa de papá es su casa, no que vienen de visita, para esto es indispensable que exista una habitación en la que ellos sientan que es su espacio en la casa de papá. 2. Procura que cuando tus hijos estén en tu casa dedicarles tiempo en exclusiva, pues ellos están ahí para compartir contigo, realizando algunas actividades sólo con ellos. En esas ocasiones, debes pedir especial paciencia a tu nueva esposa, y procurar que ella también dedique ese momento en especial a sus propios hijos.

3. Para tus hijos es difícil aceptar que su papá pasa día a día con chicos que no son sus hijos, y que estos tienen más a su papá que ellos mismos. Esta situación conlleva celos naturales que deberás comprender para que puedas ser afectuoso con tus hijos y hacerlos sentir únicos y especiales cuando estén contigo.

4. Aunque deben aprender a compartir con los hijos de tu nueva esposa, no fuercen la situación insistiendo en que se hagan amigos y se caigan bien. Ellos no los eligieron, les tocó vivir esta situación por elección de sus padres. Pueden promover algunas actividades en común como almorzar juntos en casa o fuera de ella, ir al cine, algún paseo, pero respetar también que no será viable estar juntos todo el día y entender que sus hijos pueden no sentirse cómodos, ni felices con la situación.

5. Por el hecho de no vivir el día a día contigo, pueden creer que en tu casa no habrán normas.  Estas       son indispensables en el funcionamiento de toda familia y ellos deberán conocer que en tu casa también existen, no solo en casa de mamá.  Además frente a los hijos de tu nueva esposa, que también viven en casa, deberán sentir que hay una unidad de reglas que se aplican para todos sin privilegios.

Nuevas reglas en el hogar: ¿para quienes?          

Cuando se casan dos personas que ya han vivido experiencias familiares previas, traen consigo sus propias costumbres, en cuanto a lo que les gusta comer, a que dedicar el tiempo libre, cómo divertirse, etc. Asimismo, han desarrollado sus reglas y normas con las que han funcionado como familia hasta antes del nuevo matrimonio.   Lo más probable es que los nuevos esposos lleguen al matrimonio con expectativas propias de cómo y cuáles deberán ser las nuevas normas que como familia deben asumir.

Para promover el buen funcionamiento de la nueva familia se recomienda:

 Negociar las nuevas reglas entre los dos adultos de la casa, pues de una forma madura deberán consensuar los aspectos más relevantes de lo que cada uno quisiera hacer, y cómo creen que deben funcionar, de tal forma que las expectativas sean aclaradas evitando futuras sorpresas.

Tanto los hijos de uno, como los del otro, deberán poder sentir que hay muchas normas que permanecen lo más parecido a su hogar anterior; pues será más dolorosa la transición en un ambiente en el que “todo cambió”, pues  deben adaptarse a vivir con alguien que les resulta extraño, y a nuevas reglas de juego.

¿Quién tiene la autoridad frente a los hijos de quién?  

 La pareja, al conformar una nueva familia, debe decidir, cuánta autoridad o ninguna, delegarán en su cónyuge sobre sus hijos. Este aspecto es trascendente, pues los niños deben sentir que hay un equipo, y el esposo/a de su papá o mamá, no debe sentirse pintado en la pared, sino como parte de la familia. Al igual que si la pareja de papá o mamá tiene exceso de autoridad será perjudicial para todos, ya que los chicos podrían considerar que a él no le corresponde ser tan duro, o siquiera tener una opinión sobre lo que ellos deben o no hacer.

Lo óptimo es que las reglas sean conocidas por todos y que sea el padre o madre el que corrija al hijo, pero en caso de no estar presente pueda hacerlo su pareja con mucha naturalidad, siempre que tenga la delegación del otro para hacer esto.

El manejo del dinero

El dinero es un tema muy delicado, que deberán abordar frontalmente y sobre el cual, tomar decisiones.

Al ser una nueva familia es recomendable que sean sinceros respecto a cuánto dinero gana cada uno, qué cantidad necesitan para cubrir los costos el hogar en común y también definir quién va a mantener a los hijos que cada uno tiene.

De ésta forma podrán decidir quién paga qué, así como destinar una cantidad para ahorrar juntos.

Es aconsejable, de ser posible, que la nueva pareja inicie su vida matrimonial en una casa que no sea la que uno de ellos tenía anteriormente, sino que lo hagan en un lugar que adquieran para comenzar su nuevo hogar

 

Los nuevos hijos de la pareja

Dependiendo de la edad de los cónyuges, y de si tienen o no hijos previos, la nueva pareja podrá concebir uno o varios hijos de tal manera que sean "los tuyos, los míos y los nuestros".

Cuando esta es la decisión de la pareja deberán tener mucho cuidado y paciencia para integrar a los hijos que no viven en éste hogar, usualmente los hijos del papá, en el proceso del embarazo y nacimiento del nuevo bebé, de tal manera que ellos no se sientan excluidos del proceso.

La familia reconstituída: Cuando papá o mamá se vuelven a casar

Se llama familia reconstituida cuando uno, o los dos miembros de la nueva pareja han tenido un matrimonio anterior del cual existen hijos.

Luego de su primer matrimonio, donde tuvieron hijos, sea que terminó por divorcio o viudez, enamorarse otra vez es una opción para muchos; pensar en formar un nuevo hogar con la persona con la que han estado relacionándose, quien a su vez podría ser soltera, viuda o divorciada con o sin hijos.

Las variables son múltiples y los resultados también, y dependiendo de esto será el grado de complejidad en las relaciones de la familia a conformarse, pues no es lo mismo que uno de los dos tenga hijos y el otro no, a que los dos tengan hijos y todos vivan bajo el mismo techo, lo que sucedería si un viudo con hijos se casara con una mujer que tenga varios hijos de un matrimonio anterior. La edad de los hijos, también determinará el grado de dificultad en la adaptación familiar, ya que no es distinto si son niños pequeños o adolescentes.

Si como familia han atravesado la muerte de su padre o madre, o el divorcio de éstos, serán una familia que ha conocido un dolor muy grande, ya que estos factores causan uno de los sufrimientos más fuertes que un hijo puede vivir.

Así pues, el punto de partida de una familia reconstituida es la pérdida, por lo tanto los miembros de ésta, adultos y niños han vivido un proceso de sufrimiento. Los hijos han pasado o están pasando momentos muy duros, donde tendrá que haber de parte de los padres, contención, paciencia, y respeto a los tiempos, para que logren adaptarse a una nueva familia de forma positiva y sana.

Estoy saliendo con alguien: ¿Se lo digo a mis hijos?

Si has conocido a una persona con la que estás feliz, y proyectas que podría ser una relación seria y estable, debes presentarla a tus hijos, para que se familiaricen, a la vez vayan asumiendo que su mamá o papá está interesado y ha empezado a querer a alguien, a más de ellos, y que no es su otro papá o mamá. Como nadie ama lo que no conoce, les das la oportunidad de vivir el proceso de esta nueva relación en que podrán conocer y tal vez aceptar a tu nueva pareja, respetando los tiempos; con la posibilidad de que eventualmente lleguen a querer a esta nueva persona. De tal manera que cuando decidan que es momento de casarse no sea una sorpresa para ellos, sino algo que  veían venir.

No es aconsejable presentarle a los hijos a cada persona con la que puedan estar saliendo, pues este ir y venir de amigos/as solo les causa inseguridad e inestabilidad.

Al igual que deben evitar el mantener una relación secreta y hacerla pública a los hijos cuando ya han decidido casarse en fecha próxima, pues ellos no alcanzan a procesar tan rápido los sucesos y peor aún ver al papá o mamá tan involucrados en una relación que apenas es nueva para ellos. Solo les causará inseguridad en relación al amor de su padre o madre, desconfianza de la persona que se casará con él/ella, y rechazo. Dificultando seriamente la relación de la nueva pareja con los hijos propios.

¡Que cada uno duerma en su casa!

Si quieres que tus hijos se sientan a gusto con tu relación, es indispensable que respetes sus espacios, y el más importante es su casa y la hora de ir a dormir. Frases como éstas son comunes cuando los padres transgreden la intimidad de los hijos llevándolos a dormir a casa del novio/a o trayendo al novio/a a dormir a casa:

“Mi mami nos llevó a dormir a casa de su novio. No entiendo qué hacemos ahí.”

“La novia de mi papi duerme en casa, y se pone brava cuando lo abrazo” “La novia de mi papi viene a dormir a casa y trae a su hijito” “Ellos dos duermen con mi papi.” “No lo soporto.” “¿por qué tengo que compartir con ellos si yo solo veo a mi papi los fines de semana?”

“Tengo miedo de perder a mi papá, ahora sólo lo veo cuando está con su nueva novia, nunca está a solas conmigo” “Mi mamá tiene un novio que ahora duerme en casa, en la cama que era de mi papi, lo odio.” “Mi mamá tiene un nuevo novio, que también duerme en casa los sábados, igual que hacía el anterior”

Es difícil para los hijos aceptar una nueva pareja de papá o mamá, no se lo hagas más doloroso y valora los momentos de intimidad con ellos, diferenciándolos de los momentos con tu nueva pareja.

El orden es importante en la vida, y tus hijos agradecerán y valorarán que tu sigas el proceso ordenado en tu vida y en la de ellos, en especial si han sufrido el divorcio de sus padres, llevando un noviazgo con tu pareja fuera de casa y luego de un proceso prudente podrá venir la boda, cuando compartirán un hogar común. Recuerda que cada decisión que tomes tiene un efecto en tus hijos, consecuencia que deberás asumir con responsabilidad

La decisión de casarse con la nueva pareja.

Una vez que deciden casarse y lo comunican a los hijos deberán estar preparados para diferentes tipos de reacciones. Si tienen hijos muy pequeños, es probable que estén contentos porque se han encariñado con el novio o novia de papá o mamá. Pero si sus hijos son adolescentes, seguramente estarán tristes o disgustados, sobre todo si su otro papá o mamá de los que ustedes se divorciaron, están solos, y sus hijos tenían el sueño que algún día volverían a estar todos juntos, lo cual es muy normal. Este nuevo matrimonio acaba con la esperanza de los hijos de tener a sus padres casados nuevamente.

Una de las penas más grandes de los hijos es sentir que uno de los papás se queda solo, y resienten que el otro pueda estar tan feliz con otra persona, mientras aquel papá o mamá sufre.

Es importante que ustedes, los padres que optan por un nuevo matrimonio tengan expectativas muy aterrizadas en cuanto la vivencia emocional de sus hijos con respecto a su nueva pareja. Lo más probable es que ellos tengan sentimientos confusos de resentimiento, tristeza, decepción, odio, miedo y cariño si es que tu pareja les cae bien, o han logrado aceptarla.

Ese es el momento en que sus hijos necesitarán de la comprensión y paciencia de sus padres, pues estarán a travesando una etapa de aceptación de su nueva circunstancia.

Estas vivencias suceden con el primero de sus padres que contrae un nuevo matrimonio, para cuando el segundo de sus padres decida tener una nueva familia, ya habrán conocido esta nueva realidad, con lo cual el proceso que atraviesan les será más familiar, lo que no significa que por conocido esté ausente de dolor.

 

Llegaron los nietos

Las nuevas parejas, unas antes y otras más tarde, empezarán a buscar salir embarazados hasta conseguirlo y dar a luz a su bebé. Con el nacimiento del nieto, la familia crece, pero además se suma una nueva generación a la familia convirtiendo a los padres en abuelos, y a los hijos en papás.

Esto es ley natural de la vida, pero asumir los diferentes roles y su significado es una experiencia completamente nueva. En este momento aparecerán dudas y temores nuevamente, ¿cómo lo harán?

Ahora deben cuidar y mantener al bebé, y recordarán como fue cuando ustedes comenzaron. 

¿Suegros/papás metidos? ¿Que hago si nos parece que toman una decisión equivocada?

Habrá ocasiones en que una decisión tomada por nuestros hijos nos preocupe mucho, pues pensamos que será una mala decisión que podría traerles consecuencias que ellos no están previniendo por su juventud, y consideramos que ven los posibles resultados de forma ingenua,banal o inmadura. Si esto sucediera, es importante que conversemos con nuestro hijo o hija, a solas,(no con su esposo o esposa) y con argumentos claros le expliquemos nuestra franca preocupación de por qué nos parece una decisión equivocada.

El objetivo del diálogo no debe ser tratar de convencerlos, sino conducirlos a analizar los motivos que los llevan a tomar esta decisión, y compartir nuestro punto de vista contribuyendo a una reflexión sobre el tema. Finalmente la decisión será de ellos, pero sabremos que hicimos lo correcto al no callar y ver los toros de lejos; sino, atrevernos a compartir nuestra forma de pensar de manera sincera. Una conversación positiva con la que se pretende educar, no debe llevar a los padres e hijos a ningún tipo de ruptura, por el contrario debe favorecer la unión y brindar al hijo la alegría de saber que cuenta con padres a quienes le importa, y que lo serán por siempre. Cuida al conversar con tu hijo lo siguiente:

  • Un diálogo positivo es el que respeta la opinión del otro.
  • Si has expuesto tu opinión y tu hijo tiene clara su propia opinión aprende a que la diferencia no tiene porqué separarlos, ni resentirlos.
  • El diálogo es sobre el punto en referencia, no sobre las personas, evita adjetivos negativos o acusaciones, con eso no aportas en positivo al diálogo sincero.
  • No te tomes personal la opinión o decisión de tu hijo.
  • Recuerda que al igual que lo hiciste tú, el ya es dueño de su vida.
  • El amor entre padres e hijos es gratuito.  No está sujeto a que me complazca o no con una decisión.
  • Los desacuerdos son válidos, no tienen porqué resentir a las partes involucradas.
  • Respetar a la nueva pareja de casados como una unidad distinta a sus padres.

Nuestro hijo se casó: ¡Tomando sus propias decisiones!

Seguro nos sucedió a nosotros cuando salimos de casa de nuestros padres, llenos de ilusión por la nueva etapa de la vida que tocaría escribir. Igual que a ellos ahora, tuvimos la intención de repetir en nuestro hogar recién formado todo aquello que nos parece que funcionó en nuestra casa y nos hizo felices. Y si es que nos atrevimos a cuestionar a nuestros padres, quisimos cambiar aquello que nos hizo sufrir o que nos parece que no dio buenos frutos o consideramos innecesario.

¿Libertad o lealtad?

Las decisiones que ellos van tomando nos podrán parecer malas o buenas, podrán hacernos sentir orgullosos o preocupados; pero debemos distinguir que estas, aunque diferentes a lo que nosotros tomamos en nuestro momento, no nos cuestionan, sino que se refieren a su realidad, la cual es diferente a la nuestra. En muchas ocasiones los padres evaluamos lo que ellos deciden en función de lo que nosotros hicimos y cuando ellos deciden diferente nos sentimos cuestionados… Reacción por demás injusta para con nosotros mismos, pues la vida es distinta y su realidad también.

No debemos ver su vida a través de nuestra propia experiencia, sino ser capaces de ponernos en sus zapatos y ver a través de sus ojos.

El que se casa, "casa quiere"

El que se casa, "casa quiere" Este dicho es muy cierto y también muy educativo para que la pareja que empieza se conozca mejor, reparta las tareas y encuentre sus roles dentro de la convivencia. Este aprendizaje debe ser de dos personas, ¡no de seis! Ambas parejas de padres deben estar fuera de la convivencia diaria permitiendo a la nueva pareja hacer su propio aprendizaje así como elegir sus propias reglas y estilo de vida, aunque nos parezca distinto al que vivieron con nosotros.  Para que ellos logren su propia experiencia necesitan espacio, siendo tarea de sus padres ayudarlos a conseguirlo, evitando tenderlos atados a su casa, aceptando que ya tienen otra que es la suya propia.

Si por alguna razón deciden vivir en casa de sus padres por un tiempo, debemos recordar que, aunque viva todavía con nosotros, ya está casado, por lo tanto nuestro hijo/a forma con su pareja una unidad diferente dentro de nuestro hogar, lo que significa que debemos respetar la privacidad e independencia de la nueva pareja, así como ellos deberán respetar las costumbres y reglas de la familia con la que viven.

¡Soy abuelo! ¿Estoy más viejo?

Definitivamente el tiempo pasa para todos, y pertenecer al grupo mayor de nuestro clan familiar podría hacer que nos sintamos viejos, o nos preguntemos si nos vemos ancianos, como nosotros veíamos a nuestros abuelitos…

Más que sentirnos o no viejos, es positivo aceptar que nos sigue una generación más joven, y que aunque disfrutamos mucho cuando tuvimos su edad, estamos ya en otro momento de la vida en cuanto al lugar que ocupamos en la familia, lo que no quiere decir que dejemos de disfrutar plenamente de la vida y de todo aquello que nos ocupa, como es nuestro trabajo, amigos, deportes, diversión y vida familiar.

Ahora como abuelos tenemos el reto de descubrir y gozar de esta nueva forma de dar y recibir AMOR.

Mi hijo casado todavía no quiere tener hijos

No todas las parejas tienen hijos al mismo tiempo. Hay parejas que consideran en su proyecto de vida, tener hijos apenas se casen, y otras, esperar un poco más. Una de las decisiones para las que encuentran más presión las parejas nuevas es la de su futura paternidad, pues cada vez que visitan a sus padres la conversación gira alrededor de cuándo vendrán los nietos, y lo que haremos con ellos.

Este tipo de presión sólo aleja a tus hijos de casa, y ni decir a tu nuera o yerno.

De cara al futuro personal es muy importante que tanto papá y mamá tengamos una vida propia, de pareja y familiar, de tal forma que no estemos esperando que lleguen los nietos para llenarla, pues estos serán los hijos de nuestros hijos y por lo tanto su responsabilidad. 

 

 

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