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El fantasma de los celos de pareja

Cuando María conoció y se enamoró de Mario pensó que al fin había encontrado al hombre ideal, sus familiares y amigos les hacían saber  lo bien que se los veía juntos y  la linda pareja que conformaban, sin embargo tiempo después de casados las cosas empezaron a cambiar, María se sentía atrapada en  un verdadero infierno, Mario, pasó de ser "el hombre ideal", a ser:

  • Desconfiado,
  • Egoísta,
  • Violento,
  • Conflictivo,
  • Posesivo,
  • Inseguro, y
  • Controlador.

Surgió en  él,  el fantasma de los celos.  Ambos empezaron a sentir cierta insatisfacción, ya que las discusiones y reproches eran cada vez mas subidas de tono, vivían entrampados en  continuos estadios de confrontación, que de a poco iban aumentando su distanciamiento, cada vez les era más difícil llegar a acuerdos, originándose conflictos ya imposibles de controlar por la pareja… visualizándose una ruptura inminente.

Los celos:

Muchas parejas experimentan diversos niveles de inseguridad en sus relaciones, la  más común son los celos… Sin embargo, todos a lo largo de la vida  experimentamos en mayor o menor medida algún episodio de estos.  Los celos son emociones intensas que surgen cuando se experimenta un deseo exagerado de poseer de forma exclusiva a la persona amada,  o  frente a la amenaza  de perder al objeto de nuestro amor.   En el marco de una relación de pareja la presencia de algún  episodio esporádico de celos se lo puede considerar como algo natural, pero si éstos exceden la normalidad y no se pueden evitar pudieran convertirse en un espacio de conflicto,  llegando a ser muy destructivo para la relación.

Es muy importante saber distinguir los celos  naturales de los celos patológicos, estos últimos son signo de  que a nivel emocional algo no está funcionando, ya que se  dan sin tener  evidencia o argumento  alguno para desconfiar continua y excesivamente de la pareja.   Así, el celópata empieza a generar varias  medidas relacionadas al control de la relación, que van desde, la intrusión del espacio del otro,  a tal punto que se empieza  a perseguir o a vigilar a la pareja, buscando signos probables de que el celado ha establecido una relación paralela,  hasta llegar a la violencia.   La emoción predominante de los celos es el miedo, pero mas allá de ellos hay problemas muchos más profundos que la persona lleva en su equipaje emocional, como podrían ser: fracasos en relaciones pasadas, problemas de confianza y desvalorización, necesidad de aprobación, miedo al rechazo, etc.

Dinámica relacional de los celos

Como en todo juego relacional de  pareja  se necesitan dos, en este caso, de  un celoso y otro que permita que lo celen.  La persona celosa  siente que mediante el control que ejerce con sus celos protege la relación y a su vez  se protege de un posible abandono (reacción instintiva de autoprotección),  sin embargo esto tiene un efecto contrario, ya  que el intenso control  y desconfianza que el  celoso ejerce  fluctúa con el paso del tiempo en el celado, quien pasa de sentirse en un principio alagado,  imprescindible  e  importante ante tanta demostración de amor, a sentir una intensa sensación de agobio, imperando en él la  necesidad de huir, lo que a su vez genera en el celópata desesperación  frente a  la ruptura de la relación.

Dado que las emociones controlan a ambos protagonistas, se deja de disfrutar la relación, ambos quedan entrampados en  una situación conflictiva, en la que,  poco a poco se va acumulando tensión,  la misma que se descarga con violencia  física, psicológica o sexual,  que conlleva a una  fase de arrepentimiento y falsas promesas de cambio, culminando en   un nuevo ciclo de seudo-luna de miel.

Características del celópata
  • Personas dependientes, con una frágil autoestima, inseguros, no confían en sí mismos.
  • Personas que no se sienten merecedores de ser amados.
  • Personas que han cultivado muy poco su vida interior, y se sienten terriblemente vacíos.
  • Personas egocéntricas, que pretenden ser “todo para el otro”, por lo que limitan la   libertad del otro, para ser el eje exclusivo de su vida.
  • Personas que tienden a maximizar todo tipo de circunstancias, debido a su inseguridad, temor al rechazo,  abandono y soledad.
  • Personas que han transitado por experiencias traumáticas en la infancia, por ejemplo: abandono de ambos o un progenitor.
  • Personas  que no logran superar sus miedos y temores pasados, permaneciendo esclavos de los mismos.
  • Personas que crecieron en un ambiente emocional ambivalente, (amor-odio).
 ¿Dónde se Originan Los Celos?

Es en la infancia donde se gestan los posibles adultos celosos, desde pequeños comenzamos a exigir el amor exclusivo de nuestros padres, emergen los primeros  sentimientos de celos, hacia nuestros hermanos, por ejemplo. En la infancia se desarrollan los primeros vínculos,  y se va forjando también los patrones de apego, que se mantendrán a lo largo de la vida, así por ejemplo: La ansiedad que un niño puede sentir frente a  la posible amenaza  de perder  a sus  figuras de apego, (madre-padre, necesarias para su estabilidad psicológica), generan en él conductas o reacciones en ese momento naturales frente al deseo de querer poseerlos sólo para sí, por lo general esta dinámica más tarde se vierte en la relación de pareja.

Estrategias para ayudarse a superar los celos
  • El primer paso y el más importante es reconocer y aceptar que se es celoso.
  • Asumir la propia responsabilidad con respecto a nuestra celopatía, la pareja no la causa , es el celopata quién la genera.
  • Reconocer que tenemos problemas con el manejo de nuestras emociones.
  • Crear espacios personales que permitan diferenciar la identidad y autonomía de ambos miembros de la pareja.
  • Analizar y reflexionar acerca de ¿qué emociones, circunstancias o sentimientos nos producen celos?,
  • Una vez que aprendamos a reconocerlas podremos revisar nuestra historia pasada que esté íntimamente ligada a  ¿cómo fue mi niñez a nivel afectivo?, ¿Cómo fue mi relación  con mis figuras  de apego? Me brindaron los cuidados y atenciones que necesitaba cuando era sólo un niño/a.?..  Me sentí protegido/a afectivamente?, etc.
  • Comprender que la pareja es un ser humano y no objeto de nuestra propiedad.
  • Comprender que los celos no desaparecen solos, es necesario buscar ayuda profesional.

Aquella creencia  de que "te celo porque te amo” es tan solo eso, una creencia.  Toda relación sana debe partir del respeto hacia el otro como un ser diferente, y co-construirse sobre una base sólida de amor que permita el crecimiento personal de ambas partes, la consecución de logros de objetivos comunes, donde ambos vayan tejiendo un espacio relacional que permita ir encarando la vida, los problemas y conflictos de a dos… mas si al contrario, observamos que la relación se ha contaminado del fantasma de celos, en donde se siente y percibe un constante malestar y deterioro de la relación, debe buscarse ayuda para aprender a manejar y a eliminar los celos antes de que ellos acaben con la relación de pareja y nos impidan lograr ser felices.

 

Tus hijos, mis hijos y los hijos que tendremos en común

Para convertirse en una gran familia en la que los hijos de ambos se lleven bien, en dónde exista una relación de cariño, es indispensable que por parte de los padres haya mucho amor y generosidad para ser pacientes en el proceso y permitir a los chicos adaptarse cada uno a su ritmo a esta nueva familia, comprendiendo la complejidad de la relación en que no todos los chicos  reaccionarán de  igual manera ni en los mismos tiempos.  La clave será la paciencia y el respeto a sus propios hijos en dónde no se vean forzados a una relación íntima de amistad para contentar a los papás.

Cinco situaciones complejas:

1. "Te amo a ti pero no a tus hijos" cuando esto sucede tendrás que pensar bien si quieres hacer una vida en común con esa persona, pues no creas que con el tiempo se encariñará con los niños. Debes tener claras tus prioridades, y saber que quién no es capaz de tener cariño a tus hijos, no podrá convivir en armonía con ellos, ni contigo.

2. Cuando uno de los dos es padre y el otro no: Ésta es una situación en la que podrías recibir muchas críticas de tu nueva pareja sobre tu estilo de parentalidad y  sobre todo lo que a él o ella le parece que haces mal o con lo que no está de acuerdo. Es indispensable que dialoguen sobre los desacuerdos en relación a educar a los hijos, así como llegar a consensos mínimos sobre los límites o no que tu nueva pareja tendrá en la educación de tu hijo.

3. La madrastra de Blancanieves o la nueva esposa de papá: Blancanieves es un cuento que encierra una realidad: los celos entre las mujeres. La nueva esposa de papá no tiene porqué ser la madrastra de Blancanieves, debe ser lo suficientemente comprensiva y respetuosa del espacio de las hijas de su esposo y él; aceptar que NO es la mamá, ni tratar de ocupar su lugar, para tener una relación armoniosa con las hijas de su esposo, sino que de una forma respetuosa a la identidad y costumbres de las hijas de su esposo, intentar construir puentes que las acerquen para que puedan tener una relación de amistad en dónde por ningún concepto se intente dañar la imagen de la madre de las niñas.

4.“Mi papá vive con otros niños” “lo extraño: ¿será que me va a reemplazar?” “Cuando él estaba soltero lo veía más”: Cuando un papá se casa con alguien que tiene hijos propios tendrá que ser especialmente cuidadoso de estar presente en la vida de sus propios hijos de tal manera que ellos sientan que ocupan el primer lugar en el corazón de su padre.

5. Respetar y propiciar los espacios de tu esposo o esposa con sus propios hijos: Con mucha frecuencia a la nueva pareja le cuesta aceptar que su esposo o esposa necesita tener espacios a solas con sus hijos propios sin su presencia.  Esto supone en algunas personas celos al tiempo de su esposa o esposo con sus hijos, además inseguridad al sentirse excluido.  Es importante que tengan paz, comprendiendo que esos espacios son importantes para su esposa o esposo, y que justamente lejos de ser un motivo de desunión, le garantizan una relación de pareja más sana en dónde las necesidades personales son entendidas y propiciadas por el otro.

  La relación con los hijos propios que no viven contigo. Lo común es que el papá ya no vive el día a día con sus hijos, pues estos quedan al cuidado de la mamá y se verán con él los fines de semana y entre semana algún día si lo hubieren acordado así. Aquí 5 tips a tomar en cuenta: 1. Deben sentir que la casa de papá es su casa, no que vienen de visita, para esto es indispensable que exista una habitación en la que ellos sientan que es su espacio en la casa de papá. 2. Procura que cuando tus hijos estén en tu casa dedicarles tiempo en exclusiva, pues ellos están ahí para compartir contigo, realizando algunas actividades sólo con ellos. En esas ocasiones, debes pedir especial paciencia a tu nueva esposa, y procurar que ella también dedique ese momento en especial a sus propios hijos.

3. Para tus hijos es difícil aceptar que su papá pasa día a día con chicos que no son sus hijos, y que estos tienen más a su papá que ellos mismos. Esta situación conlleva celos naturales que deberás comprender para que puedas ser afectuoso con tus hijos y hacerlos sentir únicos y especiales cuando estén contigo.

4. Aunque deben aprender a compartir con los hijos de tu nueva esposa, no fuercen la situación insistiendo en que se hagan amigos y se caigan bien. Ellos no los eligieron, les tocó vivir esta situación por elección de sus padres. Pueden promover algunas actividades en común como almorzar juntos en casa o fuera de ella, ir al cine, algún paseo, pero respetar también que no será viable estar juntos todo el día y entender que sus hijos pueden no sentirse cómodos, ni felices con la situación.

5. Por el hecho de no vivir el día a día contigo, pueden creer que en tu casa no habrán normas.  Estas       son indispensables en el funcionamiento de toda familia y ellos deberán conocer que en tu casa también existen, no solo en casa de mamá.  Además frente a los hijos de tu nueva esposa, que también viven en casa, deberán sentir que hay una unidad de reglas que se aplican para todos sin privilegios.

Nuevas reglas en el hogar: ¿para quienes?          

Cuando se casan dos personas que ya han vivido experiencias familiares previas, traen consigo sus propias costumbres, en cuanto a lo que les gusta comer, a que dedicar el tiempo libre, cómo divertirse, etc. Asimismo, han desarrollado sus reglas y normas con las que han funcionado como familia hasta antes del nuevo matrimonio.   Lo más probable es que los nuevos esposos lleguen al matrimonio con expectativas propias de cómo y cuáles deberán ser las nuevas normas que como familia deben asumir.

Para promover el buen funcionamiento de la nueva familia se recomienda:

 Negociar las nuevas reglas entre los dos adultos de la casa, pues de una forma madura deberán consensuar los aspectos más relevantes de lo que cada uno quisiera hacer, y cómo creen que deben funcionar, de tal forma que las expectativas sean aclaradas evitando futuras sorpresas.

Tanto los hijos de uno, como los del otro, deberán poder sentir que hay muchas normas que permanecen lo más parecido a su hogar anterior; pues será más dolorosa la transición en un ambiente en el que “todo cambió”, pues  deben adaptarse a vivir con alguien que les resulta extraño, y a nuevas reglas de juego.

¿Quién tiene la autoridad frente a los hijos de quién?  

 La pareja, al conformar una nueva familia, debe decidir, cuánta autoridad o ninguna, delegarán en su cónyuge sobre sus hijos. Este aspecto es trascendente, pues los niños deben sentir que hay un equipo, y el esposo/a de su papá o mamá, no debe sentirse pintado en la pared, sino como parte de la familia. Al igual que si la pareja de papá o mamá tiene exceso de autoridad será perjudicial para todos, ya que los chicos podrían considerar que a él no le corresponde ser tan duro, o siquiera tener una opinión sobre lo que ellos deben o no hacer.

Lo óptimo es que las reglas sean conocidas por todos y que sea el padre o madre el que corrija al hijo, pero en caso de no estar presente pueda hacerlo su pareja con mucha naturalidad, siempre que tenga la delegación del otro para hacer esto.

El manejo del dinero

El dinero es un tema muy delicado, que deberán abordar frontalmente y sobre el cual, tomar decisiones.

Al ser una nueva familia es recomendable que sean sinceros respecto a cuánto dinero gana cada uno, qué cantidad necesitan para cubrir los costos el hogar en común y también definir quién va a mantener a los hijos que cada uno tiene.

De ésta forma podrán decidir quién paga qué, así como destinar una cantidad para ahorrar juntos.

Es aconsejable, de ser posible, que la nueva pareja inicie su vida matrimonial en una casa que no sea la que uno de ellos tenía anteriormente, sino que lo hagan en un lugar que adquieran para comenzar su nuevo hogar

 

Los nuevos hijos de la pareja

Dependiendo de la edad de los cónyuges, y de si tienen o no hijos previos, la nueva pareja podrá concebir uno o varios hijos de tal manera que sean "los tuyos, los míos y los nuestros".

Cuando esta es la decisión de la pareja deberán tener mucho cuidado y paciencia para integrar a los hijos que no viven en éste hogar, usualmente los hijos del papá, en el proceso del embarazo y nacimiento del nuevo bebé, de tal manera que ellos no se sientan excluidos del proceso.

Llegaron los nietos

Las nuevas parejas, unas antes y otras más tarde, empezarán a buscar salir embarazados hasta conseguirlo y dar a luz a su bebé. Con el nacimiento del nieto, la familia crece, pero además se suma una nueva generación a la familia convirtiendo a los padres en abuelos, y a los hijos en papás.

Esto es ley natural de la vida, pero asumir los diferentes roles y su significado es una experiencia completamente nueva. En este momento aparecerán dudas y temores nuevamente, ¿cómo lo harán?

Ahora deben cuidar y mantener al bebé, y recordarán como fue cuando ustedes comenzaron. 

Dialogo de pareja: ¿Comunicación a través del chat?

Desde que aparecieron primero los messenger y luego los chat,  cada vez más parejas han optado por tratar a través de este medio los temas trascendentes de su relación, o sino,  lo utilizan como el medio para continuar discusiones comenzadas en casa y mantenidas a través del chat por días.

Indudablemente la parte positiva es que es un medio rápido y directo para comunicarse, dar información y obtener respuestas sobre asuntos cotidianos e inmediatos, resolviendo un sin fin de dificultades diarias. La dificultad reside en los diálogos profundos que hoy se mantienen por chat. La pregunta es, ¿para que les sirve dialogar a través del chat? Hay personas a las que les es muy sencillo dialogar cara a cara, pero hay un grupo enorme a los que les es muy difícil, y la aparición del chat suple una necesidad personal.   Estas personas temen mucho el conflicto que puede surgir de un diálogo, pues se sienten inseguras, o tienen malas experiencias diciendo como piensan o cómo se sienten, pues han sido descalificadas anteriormente, así como hay personas a las que les cuesta mucho expresar sus emociones y recibir las emociones de los otros, de tal forma que el mensaje de texto resulta la herramienta que han encontrado para poder comunicar lo que realmente les importa.

Esto que en principio es algo positivo, pues nos permite comunicarnos, tiene finalmente repercusiones negativas. En la medida en que nos escondemos detrás de un medio de comunicación, justificándonos, pues "todos lo hacen y es lo normal", boicoteamos nuestro propio crecimiento personal, que implica dialogar cara a cara, nos acomodamos, en vez de madurar. El medio escrito implica no ver a la otra persona, por lo tanto te sientes libre para decir lo que quieras, sin ningún control o contención de si lo que vas a escribir va a herir u ofender a la otra persona, estas mas preocupado de expresarte, que de la consecuencia que pueda tener en el otro. Descubres que a través de este aparato puedes decir todo lo que sientes, sin control alguno, es como un desahogo.   Incluso muchas personas lo utilizan como medio para atacar a su pareja, a quién dicen que aman, "por fin le dije lo que se merecía" son frases que escuchamos. El resultado final es lo que vivimos hoy, pues luego de estás eternas discusiones de mensaje de texto, que usualmente quedan inconclusas, en el momento del encuentro cara a cara ni terminan el diálogo, ni comentan lo que se han estado escribiendo, ni cómo esto los ha hecho sentir, sino que actuamos distantes o resentidos con el otro, o como si nada pasara, pero en algún momento pasamos factura al otro… hasta el punto en que ninguno sabe dónde comenzó el problema o porqué se sienten tan resentidos.

Pero, ¿cuál es el límite?

Los chat, definitivamente son una herramienta que nos sirve para resolver situaciones cotidianas, como, saber a qué hora llegará a la casa, o recordar que es el santo de la abuelita, o la cita en el dr, pedir algún favor... Pero profundizar en el diálogo de pareja y tratar de resolver conflictos a través de éste no es más que una paradoja, en la que con intención de estar cerca del otro, no conseguimos más que alejarlo.

Cada vez que escribas algo a tu esposa o novia pregúntate: ¿me atrevería a decírselo de frente? Si la respuesta es negativa, no lo escribas, y busca las palabras adecuadas para conversarlo cuando estén cara a cara.

A la persona que amamos hay que cuidarla, lo que implica que debemos procurar dialogar en el momento adecuado y con la palabra correcta, pues la intención nunca debe ser la de ofender al otro, sino la de resolver algún desacuerdo o comunicar algún sentimiento por difícil que este sea.  Seguro que aunque es más difícil hacerlo así, descubriremos el crecimiento que significa para la pareja, teniendo como resultado una relación más solida.

El que se casa, "casa quiere"

El que se casa, "casa quiere" Este dicho es muy cierto y también muy educativo para que la pareja que empieza se conozca mejor, reparta las tareas y encuentre sus roles dentro de la convivencia. Este aprendizaje debe ser de dos personas, ¡no de seis! Ambas parejas de padres deben estar fuera de la convivencia diaria permitiendo a la nueva pareja hacer su propio aprendizaje así como elegir sus propias reglas y estilo de vida, aunque nos parezca distinto al que vivieron con nosotros.  Para que ellos logren su propia experiencia necesitan espacio, siendo tarea de sus padres ayudarlos a conseguirlo, evitando tenderlos atados a su casa, aceptando que ya tienen otra que es la suya propia.

Si por alguna razón deciden vivir en casa de sus padres por un tiempo, debemos recordar que, aunque viva todavía con nosotros, ya está casado, por lo tanto nuestro hijo/a forma con su pareja una unidad diferente dentro de nuestro hogar, lo que significa que debemos respetar la privacidad e independencia de la nueva pareja, así como ellos deberán respetar las costumbres y reglas de la familia con la que viven.

¿Padres sobreprotectores de hijos casados? ¿Hijos dependientes y cómodos?

Nuestros hijos son adultos, se han casado, independizado, pero pueden existir las mismas dificultades de cuando estaban en casa. De parte de los padres podríamos seguir siendo sobreprotectores, esto es: evitar que sufran, que se cansen, que la pasen mal, y por lo tanto que sobrelleven las consecuencias.

De esta forma los padres evitan la independencia de los hijos ya fuera de casa, los que muchas veces adoptan actitudes cómodas, con las que no crecen, ni asumen las responsabilidades de su nuevo rol; porque sus padres en vez de ser un apoyo con una distancia prudente, están metidos en la vida de sus hijos sintiéndose indispensables para el éxito de ellos en su nueva etapa.

Haciendo todo por y para ellos, les hacen las compras de supermercado, contratan a la ayuda doméstica, o ellos mismos llevan a alguien para que les haga la limpieza, les hacen lavandería, les llevan comida y se la congelan; de tal forma que los recién casados viven una isla de la fantasía alejados de la realidad del día a día en que deben repartir tareas, asumir los gastos, tener desacuerdos por lo cotidiano, y resolverlo.

Es indispensable que los padres al igual que permitieron a sus hijos caminar y caerse, les permitan ahora independizarse y vivir su autonomía, sacándoles de la comodidad y dependencia en la que los tienen sumidos favoreciendo que asuman sus responsabilidades de adultos maduros.

Nuestro afán porque no se vayan, por sentirnos útiles e importantes en su vida, a veces nos lleva a un comportamiento en que les facilitamos todo, como si fueran incapaces de hacerlo por sí mismos. Ya salieron de casa, dejémoslos crecer… una cosa es darles la mano, otra, hacer las cosas por ellos.

Propiciemos su independencia confiando en ellos y dejándolos ser.

Mi hijo casado todavía no quiere tener hijos

No todas las parejas tienen hijos al mismo tiempo. Hay parejas que consideran en su proyecto de vida, tener hijos apenas se casen, y otras, esperar un poco más. Una de las decisiones para las que encuentran más presión las parejas nuevas es la de su futura paternidad, pues cada vez que visitan a sus padres la conversación gira alrededor de cuándo vendrán los nietos, y lo que haremos con ellos.

Este tipo de presión sólo aleja a tus hijos de casa, y ni decir a tu nuera o yerno.

De cara al futuro personal es muy importante que tanto papá y mamá tengamos una vida propia, de pareja y familiar, de tal forma que no estemos esperando que lleguen los nietos para llenarla, pues estos serán los hijos de nuestros hijos y por lo tanto su responsabilidad. 

La historia comienza… “Y vivieron felices para siempre…”

Cuando dos personas deciden unir sus vidas, nace la pareja.
Cada una de las personas trae consigo una enorme mochila de vivencias personales y familiares, valores, tradiciones, mitos, creencias y expectativas.

En ocasiones, éstas pueden coincidir, otras veces pueden ser muy distintas. No es sencillo poneren común lo que cada uno trae en su mochila. Ponerse de acuerdo, negociar qué vamos a descartar, con qué nos vamos a quedar y qué nuevo construiremos en común, es más difícil todavía.

¿Qué es lo que sucede?
Usualmente llegamos a la pareja pensando que estas diferencias no existen o será sencillo resolverlas, porque nos amamos, pero a la hora de la verdad resulta que estamos más aferrados a la “forma como se hacían las cosas en mi casa”, descalificando lo que propone el otro. A esto hay que sumarle la presión familiar de lado y lado, para que se viva según la tradición, valores y forma de ver la vida de la familia de la que cada uno proviene, convirtiendo la negociación más dura todavía.

Muchas veces nos podremos sentir desleales a nuestra familia al aceptar iniciativas de nuestra pareja o al crear juntos nuevas reglas o tradiciones decididas en común.
También podremos sentir nuestra identidad cuestionada.

En realidad lo más importante es que la pareja pueda ir dialogando y acordando estos espacios, independientemente de lo que opinen sus padres y suegros, pues son ya una unidad familiar diferente que deberá ir fortaleciéndose con sus propias decisiones.

Aceptar lo que trae el otro como algo bueno… aunque sea diferente, nos ayudará a fortalecer la pareja y a respetar las características de cada uno como algo válido. 

¡Pareja de esposos y Pareja de padres!

Nace la pareja en la medida en que día a día va definiendo espacios y tareas, asignando áreas de responsabilidad individual y común. Creando sus valores familiares propios, escogiendo qué imitan de las casas de sus padres y qué no; con todo esto crean su identidad familiar y se fortalecen en el ámbito de pareja conyugal. Con el nacimiento del primer hijo la misma pareja de cónyuges adquiere un nuevo nivel al convertirse en la pareja de padres. Así adquirimos una doble función, por una parte somos pareja de esposos, y por otra parte somos pareja de padres, que implica nuestro rol conjunto hacia nuestros hijos. Este rol no se pierde por más de que la pareja de cónyuges se rompa, pues seguiremos siendo padres en conjunto y tendremos que decidir siempre el bienestar de nuestros hijos.

Somos al mismo tiempo pareja de Esposos y pareja de Padres El mundo de la parentalidad es tan demandante que puede absorber a la pareja conyugal. Por eso, es muy importante en la medida en que la pareja se convierta en padres, mantengan algunos de los espacios en los que son pareja, como salir al cine, a comer, a hacer ejercicio, a pasear los dos solos, etc. Momentos de encuentro de la pareja, donde hablen de sus sueños, miedos, anhelos y cotidianeidad, no necesariamente, hablar de los hijos.

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En las empresas hay diagramas empresariales, así también, existe el organigrama de la familia! Aquí, los padres son la cabeza de la familia, ellos son los llamados a dictar las reglas, fijar los límites y hacerlos cumplir. Los hijos están todos juntos en un mismo nivel, por debajo de sus padres. Son quienes deben acatar el planteamiento familiar impuesto por sus padres. Los hijos necesitan guía, un norte, una dirección hacia dónde dirigirse, y son papá y mamá quienes muestran el camino, de lo contrario, los niños se pierden.

Los padres somos quienes ponemos las barandas al puente, quienes dibujamos las lineas de la carretera, y nuestros hijos siguen el camino trazado. De allí la importancia de detenernos a pensar en cuál es el camino por donde queremos guiar a nuestra familia. Papás, ¡hagan un equipo de padres!

5 errores comunes en la crianza de hijos

Ser padres trae consigo una serie de emociones nuevas y una alegría inimaginable.

 

 

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