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La historia comienza… “Y vivieron felices para siempre…”

Cuando dos personas deciden unir sus vidas, nace la pareja.
Cada una de las personas trae consigo una enorme mochila de vivencias personales y familiares, valores, tradiciones, mitos, creencias y expectativas.

En ocasiones, éstas pueden coincidir, otras veces pueden ser muy distintas. No es sencillo poneren común lo que cada uno trae en su mochila. Ponerse de acuerdo, negociar qué vamos a descartar, con qué nos vamos a quedar y qué nuevo construiremos en común, es más difícil todavía.

¿Qué es lo que sucede?
Usualmente llegamos a la pareja pensando que estas diferencias no existen o será sencillo resolverlas, porque nos amamos, pero a la hora de la verdad resulta que estamos más aferrados a la “forma como se hacían las cosas en mi casa”, descalificando lo que propone el otro. A esto hay que sumarle la presión familiar de lado y lado, para que se viva según la tradición, valores y forma de ver la vida de la familia de la que cada uno proviene, convirtiendo la negociación más dura todavía.

Muchas veces nos podremos sentir desleales a nuestra familia al aceptar iniciativas de nuestra pareja o al crear juntos nuevas reglas o tradiciones decididas en común.
También podremos sentir nuestra identidad cuestionada.

En realidad lo más importante es que la pareja pueda ir dialogando y acordando estos espacios, independientemente de lo que opinen sus padres y suegros, pues son ya una unidad familiar diferente que deberá ir fortaleciéndose con sus propias decisiones.

Aceptar lo que trae el otro como algo bueno… aunque sea diferente, nos ayudará a fortalecer la pareja y a respetar las características de cada uno como algo válido. 

Hijos seguros y amados

La Familia, es el punto de referencia afectivo más importante. Es en dónde nuestros hijos se descubren amados y reciben la seguridad afectiva que los llevara a desarrollar una alta autoestima. Desde la primaria o educación básica, nuestros hijos desarrollan una mayor socialización haciendo sus propios amigos, descubriendo que podrán ser más afines a unos niños que a otros, y están en contacto con profesores encargados de su educación académica y calificarán constantemente su desempeño. Pero es frente a la mirada de sus padres que necesitarán sentirse valiosos por ser quienes son.

Es la valoración de sus padres, la que será el mejor alimento para construir una autoestima alta, que se traducirá en seguridad personal.
Haz el ejercicio de buscar en cada uno de tus hijos los aspectos de su personalidad que más te gusten y díselo, es bueno para ellos escucharlo de nosotros:

- Eres muy solidaria, te has preocupado de no hacer bulla cuando a tu papá le duele la cabeza
- Tu fuerza de voluntad es admirable, a pesar del calor, has paseado al perro
- Que servicial eres ayudando a arreglar la mesa antes de cenar

Cuando deben mejorar en algo, puedes decirles:

- Puedes compartir tu juguete con tu hermano, a él también le gustaría
- Estoy segura que la próxima vez podrás mejorar la nota, hay que estudiar un poquito más
- Te olvidaste de sacar la basura a tiempo hoy, mañana que no se te olvide para que no se acumule

Compartamos vivencias que les llenen el corazón: recuerdos valiosos para la vida; la herencia más grande que podamos dejar a nuestros hijos es el corazón lleno de recuerdos de amor. Para lograrlo busca el tiempo para compartir con ellos en exclusiva, sin mirar el celular:

  • Un juego de mesa
  • Un paseo en bicicleta
  • Llevarlos a jugar fútbol, aunque sean sólo dos y lo único que puedan hacer sean tiros al arco
  • Siéntense a conversar de lo que a ellos les preocupa o los alegra
  • Diviértanse en un día caliente con agua de la manguera

Y así hay un sinfín de momentos que se pueden compartir donde lo que se necesita es el deseo de hacerlo y la buena disposición. De ahí saldrán esas vivencias, esos consejos, ese compartir que ellos recordarán toda la vida, porque fue agradable y se sintieron amados.

Ser mamá: un regalo de amor

Ser mamá: un regalo de amor

Cada una de nosotras tiene una expectativa diferente de lo que significa ser mamá.

El super papá del siglo XXI

Hay un aspecto trascendente en la actitud del papá del siglo XXI que a cambiado en relación al pasado, y es su involucramiento en la educación de sus hijos.

El papá de hoy ha asumido un cambio en su rol, que durante mucho tiempo fue casi exclusivamente el de proveedor, para complementarlo hoy en día con la experiencia de ver crecer a sus hijos y participar activamente en este proceso, por lo tanto es un papá mucho más presente en la vida del hijo.

Compartir con tu hijo:

La relación con tu hijo crece y se afianza en la medida en que ellos sienten que te interesas en ellos y compartes tu tiempo brindándoles atención positiva. Esto significa que dedicas tiempo a jugar con él, si es pequeño lo podrías bañar, leer un cuento, patear pelota, sentarte en la cocinita de juguete a que te sirvan el té. Seguramente cuentas con poco tiempo y estás cansado luego de la jornada de trabajo, pero este esfuerzo realizado como acto de voluntad tiene beneficios incalculables en tu relación a corto, mediano y largo plazo con tu hijo. Fortalece su autoestima al sentirse importante para ti, fortalece el vínculo creando una relación de confianza en la que siente que puede contar con su padre, te permite conocerlo. Procura que estos momentos de compartir sean en un entorno positivo, que no se centren exclusivamente en corregirlo y llamarle la atención sobre lo que hace mal, por el contrario, aprovecha para descubrir lo que hace bien y díselo.

Conocer a tu hijo:

La forma de conocer a tu hijo es compartiendo con él y observando su comportamiento, sus reacciones a diferentes situaciones, así sabrás si es inquieto o pasivo, si le gusta jugar en exteriores o dentro de casa, si le gusta arriesgar o es cauto, que sentido del humor tiene, si es dedicado o le cuesta concentrarse, si es emotivo o más bien ecuánime, si es curioso, cariñoso o distante. Para educarlo, habrá primero que ir descubriendo cómo es él, posiblemente diferente a ti. Aprenderás a valorarlo como ser único e irrepetible.

Educar a tu hijo:

En la medida que vas conociendo a tu hijo podrás sacar lo mejor de él, pues si solo le gusta jugar dentro de casa, podrás invitarlo a andar en bicicleta y así lo ayudas a fortalecer aquello que le cuesta; si él/ella se fastidia rápidamente, podrás ayudarlos a que manejen mejor la frustración; si es extremadamente estructurado podrás sorprenderlo para que aprenda a adaptarse a situaciones nuevas. Todos tenemos posibilidades enormes de crecer como personas, pero sólo involucrándonos de forma positiva podremos ayudarlos a superar las dificultades y afianzar los aspectos fuertes de su personalidad.

Cuando compartes, conoces y educas a tu hijo les regalas a ellos un padre cercano y un modelo a seguir cuando crezcan.

El papá del siglo XXI tiene otra característica importante, comparte con su esposa las responsabilidades del hogar, ya que, al salir la madre a trabajar, se ven abocados a colaborar juntos en la tarea de proveedores y de organizadores del hogar. Así, vemos papás haciendo supermercado, lavando platos, recogiendo y dejando a sus niños en la escuela o actividades extracurriculares; vivir este cambio con naturalidad ayudará a tus hijos a desarrollar destrezas que le servirán en el futuro. 

8 consejos para ser un papá afectuoso

El afecto de PAPÁ es trascendente en la vida emocional de un hijo. Para que un hijo se sienta seguro debe sentirse primero “amado” pero no solamente por mamá como algunos creen, sino también por papá.

Matrimonio: Amar para siempre

Antes una refrigeradora era para toda la vida, cada objeto que adquiríamos era con la promesa, y también esperanza que durara mucho tiempo, lo más posible, para no tener que reemplazarlo, y si fuera posible, ¡para toda la vida!

Las relaciones entre las personas son el reflejo de la era consumista… mientras nos benefician y nos sirvan las adquirimos, las conservamos mientras sean útiles, luego cuando ya no nos rinden, las desechamos, como objetos: dejaron de cumplir la función por las cuales se las eligió.

¿Ahora que sucede? Cuando se daña, viene el técnico y nos dice, nada como las de antes, si ésta refrigeradora nueva se daña, mejor bótela y compre una nueva, repararla es muy caro, ahora todo lo hacen desechable.

En los tiempos que vivimos, queremos consumirlo todo y vivir para el placer y bienestar, la comodidad se ha convertido en un valor, es decir esforzarnos poco o nada, pero recibir a cambio todo lo que sea posible.   Pensamos, que es en esta forma como encontraremos la felicidad.   Cuando vamos al mall y compramos algo, apenas vamos saliendo ya pensamos en que más queremos regresar a comprar, invertimos mucho tiempo pensando en los objetos que nos faltan, y no tanto en lo apenas adquirido, es como si perdiera valor rápidamente, con poco uso ya es viejo..."está usado".

Me preguntarán: ¿que tiene que ver esto con el amor y el matrimonio? ¡Pues todo! Ahora el amor ha pasado a ser un bien de consumo más, igual que con la refrigeradora, ya no esperamos que "el matrimonio sea el amar para siempre", y si es que todavía pensamos que sea para toda la vida, no ponemos todos los medios para lograrlo esperamos que sea el otro el que lo haga.  Son pocos los decididos a poner todo de sí mismos para salir adelante frente a las dificultades.

Las relaciones entre las personas son el reflejo de la era consumista… mientras nos benefician y nos sirvan las adquirimos, las conservamos mientras sean útiles, luego cuando ya no nos rinden, las desechamos, como objetos: dejaron de cumplir la función por las cuales se las eligió. Y, que pasó con “te amaré hasta que la muerte nos separe”, se está cambiando por te amaré mientras me des lo que necesito, y de la forma como me gusta” (atención, cariño, independencia de los padres, bienestar económico, comodiad, etc )..."cuando ya no cumple con los requisitos por los cuales lo elegí, busco eso en otra persona que me haga sentir bien, que me de lo que busco…” "pues me merezco algo mejor, no nací para sufrir…sino para ser feliz” es lo que escuchamos.

Amar por un tiempo:

Cuando hablo del amor para un rato me refiero a las relaciones rápidas, intensas, que duran poco, en donde no hay un compromiso, sin embargo entrego mucho, a uno mismo en el acto sexual, pero CREO que doy poco, pues tratan de proteger todas sus emociones para no sufrir luego cuando la relación se termine (casi siempre están pensando, ¿cuando es que se termina?, pues no hay entre ellos un contrato implícito a largo plazo, ni la posibilidad de que exista). La gran paradoja es que mientras se trata de ser feliz, solo se encuentra el vacío y la tristeza que deja una relación más, en la que no se comprometen por protegerse emocionalmente, pero terminan silenciosamente heridos. Esto sucede tanto en parejas en etapas de enamoramiento, como en los matrimonios, que ha pesar de tener un rito explícito en el cual se prometen estar toda la vida juntos, no creen que eso sea posible.

¿Qué nos llevó a esto? ¿Qué sucedió que ahora las relaciones son tan frágiles?

El compromiso se ha convertido en un desafío a los tiempos postmodernos en los cuales el consumo, el bienestar y la comodidad son el hilo conductor de la vida.

Los miedos:

Existe realmente un terror al compromiso, que a la vez encierra muchos miedos.  Miedo a perder la independencia para hacer lo que quiero a la hora que me provoca….y volverme dependiente y perder espacio de acción…miedo a la incertidumbre que trae una relación de dos… miedo a perder comodidades… miedo a que el otro saque lo peor de mí… miedo a que no confíen en mí… Miedo al conflicto…miedo a renunciar a algo para llegar a acuerdos… miedo a no recibir lo que espero… miedo a perder el control de la situación…miedo a donarme por entero y que el otro lo haga a medias… Miedo a que el otro no se comprometa como yo y me deje… desconfianza en el otro... miedo a el cambio…en el fondo existe un gran miedo a sufrir y a amar.   Estos miedos se convierten en una gran coraza, que a la vez que me protegen de salir herido de una relación, impiden que el otro me ame, pues no pueden llegar a mi… y por lo tanto impiden que ame, pues si amo podría quedar indefenso.

Si no me comprometo, no me entrego por lo tanto elijo ser libre, sin responsabilidades hacia un Tu, vivo una falsa felicidad, pues lo que encuentro es soledad, egoísmo, resentimientos, heridas. Una relación sin compromiso está destinada a morir. Es una trampa, en la que encuentro exactamente lo contrario a lo que buscaba.

¿Que significa amar para siempre?

Cuando dos personas elijen estar juntas para toda la vida, con plena convicción de su decisión, se comprometen a amar al otro, a dar lo mejor de sí, a cuidar al otro, a respetarlo, a incomodarse, a plantearse un proyecto de vida en común. El ser amado resulta como respuesta del amar al otro.

Si me comprometo con otra persona en una relación para toda la vida, tendremos momentos de intimidad, alegría, ternura…viviremos con la seguridad que para los dos la relación es para siempre, lo que implica que ante las dificultades, las tristezas, los desacuerdos, los resentimientos, los sufrimientos que son parte natural del matrimonio, trataran juntos de buscar soluciones, para vivir plenamente esta meta, y no será la separación la primera respuesta.

Es decisión nuestra si elegimos relaciones sin compromiso, o elegimos amar a otro para toda la vida, con la disciplina y voluntad que cada uno de nosotros posee, dispuestos a caminar con nuestra pareja a través de los inviernos, fríos y sombríos, así como disfrutar de las primaveras soleadas y florecidas, con la disposición de mantenernos de la mano del otro.

El amor: ¿Es un sentimiento o una decisión?

Recién entiendo porque el matrimonio es un sacramento (signo sensible de la gracia invisible de Dios) Humanamente es muy difícil mantener encendido el fuego del primer amor pero no es imposible. Cuando llegamos al matrimonio: conociéndonos, compartiendo sueños, metas, ideales.. sentimos que estamos listos, sin embargo ser coherente y consecuente con la reflexión que nos condujo a la decisión demanda coherencia.

El amor: ¿Es un sentimiento o una decisión?

John Gottman, en su libro Siete reglas de oro para vivir en pareja, sugiere lo siguiente:

  1. No hay felicidad sin amor, no hay amor sin sacrificio.
  2. Mantener la admiración por la otra persona, a pesar de los mil problemas vividos, el otro sigue siendo valorado por sus principales virtudes.
  3. Respeto mutuo, de palabra y de hechos. Tú y yo no somos más que una sola cosa; no puedo hacerte daño sin herirme.
  4. Tener un proyecto común: hay un programa conjunto que se prolonga en los hijos.
  1. Tener relaciones íntimas satisfactorias es un lenguaje íntimo que va cambiando con el paso de los años, pero que debe tener su sitio.
  2. Capacidad para perdonar al otro. Perder es luchar por olvidar los sinsabores y las dificultades vividos. La vida de pareja no va bien sin buenas dosis de olvido. El amor se perfecciona con el perdón.
  3. Cuidar los detalles pequeños de la convivencia con esmero. Al final la familia es el lugar a donde se vuelve cuando todos los demás se van. Donde nos quieren por lo que somos, con nuestros defectos, y no por lo que aparentamos ser.

A leer estas recomendaciones  ¿surge en nosotros la decisión de ponerle empeño? ¿de esforzarnos y luchar por lo que anhelamos?  ¿implica un compromiso por ser feliz, pleno y ofreciéndote mi mejor versión invitándote a que seas feliz? Un profesor de Harvard, afirma que “la calidad de la relación es la calidad de la conversación”, tiene mucha razón, pues un matrimonio funciona cuando hay confianza para decirse las cosas y cuando hay respeto. Cuando nos sentimos valorados, apoyados, amados… En su libro Los 5 lenguajes del amor, Gary Chapman comenta las cinco formas de expresar afecto:

  1. Con palabras
  2. El tiempo que le dedicas a tu cónyuge
  3. El servicio, hacer feliz al otro
  4. Detalles
  5. El tacto

¿Que se necesita para practicar estos sencillos y simples consejos? ¡Decisiones! Implica no quedarse únicamente en los “sentimientos” : Ej: me siento resentida, siento que no me amas, siento que te molesto, siento que no es lo mismo, siento que me decepcionas, siento que no nos entendemos, siento que todo ha cambiado… siento … siento… Decido amarte tal como eres, recordando lo que nos une y aceptando más los aspectos en que somos diferentes.   Sintiendo si… pero pensando sobre lo que sentimos:

  • ¿de que manera yo he propiciado e incluso auspiciado esto que siento??
  • ¿que puedo hacer?

y luego decidir: ¿qué puedo hacer? ¿conoce mi cónyuge lo que me pasa? ¿lo he compartido en un dialogo sereno y sincero? Las decisiones reflejan reflexión y análisis de sentimientos que posibilitan alcanzar coherencia, paz y felicidad… pero con determinación.

Un caso :

Irma ha dejado hace cinco días de hablarle a Fernando su esposo, esta enojada porque acordaron ir al cine y el olvido mencionar que era la final del campeonato de bolos… Cada día que pasa ella siente mas rabia por el “plantón”.  Fernando no comprende porque no le habla si ella sabe que está en la final del campeonato, y es obvio que no puede faltar. Confía que en varios días todo quedará olvidado y volverá la paz entre ellos, como siempre. Se sorprende cuando el día sexto encuentra una nota en el mesón de cocina que dice: “ Entendí, los bolos tu elección… me voy“ ¿Cuan objetiva es la decisión? ¿es fruto de una reflexión? ¿que implica la decisión? Para que ustedes reflexionen y mediten: ¿cuantas veces reaccionamos como Irma, en diferentes aspectos de nuestra relación de pareja? 

Necesidades afectivas de los hombres

¿A quién no le gusta recibir una caricia, un beso, un abrazo, unas palabras bonitas? Que nos escuchen con atención, que nos den gusto en lo que es importante, que nos sorprendan…en otras palabras recibir esos pequeños detalles cotidianos en donde nos sentimos amados. Muchas veces tenemos la percepción, nosotras, que esto es privilegio de las mujeres. Tenemos una imagen masculina preconcebida a través de la cultura, de un hombre fuerte, grande, duro, que no tiene necesidades afectivas. Que su naturaleza es práctica, solucionadora de problemas, de pocas palabras. Que solo necesita, su sofá, el fútbol, la comida y el sexo. Pero esto no es tan cierto…

La queja femenina

Nos enfocamos las mujeres en recibir, en esperar de ellos, en quejarnos por lo que no nos dan: y si el me escuchara, y si él se comunicara más, Y si él fuera más cariñoso, y si el colaborara más, y si él me adivinara el pensamiento, y si él fuera menos egoista, y si el se dedicara más a mí, que perdemos de vista sus necesidades afectivas por concentrarnos en las nuestras.

Necesidades afectivas

Las necesidades afectivas son parte de las necesidades primarias del ser humano como el oxígeno (imprescindible para la supervivencia de un ser vivo) las necesitamos desde que nacemos y seguimos necesitándolas siempre, no porque maduremos dejan de ser imprescindibles, las tenemos todos, hombres y mujeres, y en todas las etapas de nuestra vida. A nosotras y tal vez a ellos nos cuesta aceptar su vulnerabilidad, natural, humana, pues, como dice Dalmiro Bustos “su valor como ser humano está dado por la capacidad de ser líder, proveedor, osado, decidido, potente, sin miedo...” Son en realidad tan sensibles, que si en casa la esposa está triste o mal genio ellos también se sienten afectados, no suelen ser indiferentes a lo que les pasa a ellas, es por eso que sostengo que el estado de ánimo familiar es el resultado del estado de ánimo que tiene la mamá/esposa en ese momento. Pueden ser muy bromistas con todos, pero si la esposa les hace una broma a ellos, se resienten, y lo viven como deslealtad, pocos son los hombres que se pueden reír de sí mismos

¿Candado emocional?

Cuantos se permiten decir “me siento triste”, “frustrado”, “con miedo”, y es frente al silencio de las emociones que aparecen las gastritis, úlceras, presiones altas e infartos. En realidad no se si nosotras estamos listas o siquiera les permitimos con nuestro comportamiento de siempre esperar que sean fuertes y seguros, que ellos expresen sus emociones en casa. Si van a terapia ellos son capaces de mostrar sus inseguridades y hablar sobre sus sentimientos. ¿Pero, hay que ir a terapia para poder mostrarse a la esposa? O ¿se puede empezar en el hogar? Será que nosotras nos pasamos la vida esperando ser contenidas por ellos, que no permitimos que ellos se expresen con nosotras por evitar tener que contenerlos, pues es algo que de repente no sabemos cómo hacer… o nos da miedo vislumbrar la vulnerabilidad de nuestra pareja y aceptar que no son tan fuertes e invencibles como siempre hemos creído, lo que nos causa mucha inseguridad a las mujeres. A nosotras nos es tan fácil expresar lo que sentimos, tenemos permiso para ello y nos han educado para que sea espontáneo, casi un derecho ganado por ser mujeres, pero a ellos no…es como si tuvieran un candado emocional que nadie quiere abrir….ni ellos, ni nosotras…sin embargo muchas veces disfrazan estos sentimientos y necesidades emocionales con manifestaciones de furia, mal genio, silencio, cansancio, mostrándose agresivos, cuando eso no es lo que están sintiendo. Vivimos una gran paradoja, pues perseguimos muchas veces a nuestros esposos para que dialoguen, hablen, pero al mismo tiempo les mandamos un mensaje no verbal que dice: “eres el hombre de la casa, el proveedor, que debe ser fuerte, y tener éxito” lo cual hace que si ellos tienen algo que decir, que no sea tan bonito de escuchar, lo silenciamos y así nosotras podemos replicar: “es que no hablas nunca” Estoy convencida que nosotras deberíamos comenzar por aceptar que al igual que nosotras, ellos son vulnerables, y necesitan de nuestro amor, no solo expresado en lo que podamos hacer por ellos (que es bastante), sino también en la caricia diaria, la mirada tierna, el beso de la mañana, la palabra cálida, la escucha atenta en lo que me es agradable escuchar y en lo que no lo es tanto...así como a nosotras, a ellos les encanta ser tratados con ternura, aunque no lo pidan y en muchas ocasiones, ni lo demuestren. 

Educar con firmeza y amor

Construyendo Familia, Escuela para padres es una iniciativa de Laura María Noboa (licenciada en Orientación y Consultoría Familiar) y María Fernanda Noboa (Psicoterapeuta de Familia y Pareja), primas hermanas que priorizan el trabajo por la familia y sueñan con un mundo sin violencia intrafamiliar, donde los niños sean amados, las parejas se respeten y crien a sus hijos en valores y principios, con firmeza y amor.

Para esto dictan talleres de Escuela para Padres en colegios, escuelas y empresas, desde el año 2006.

Publican fascículos mensuales y crearon una página web www.construyendofamilia.com, en la que puede encontrar información y guía para la educación de sus hijos.

Atienden en su consultorio gratuito online y contestan inquietudes en un máximo de 48 horas.

Además puede ver videos, entrevistas, artículos y análisis sobre temas de familia.

*Artículo tomado de la revista Sambo - Edición 143

Del Amor al Odio...violencia entre padres e hijos

En días pasados hablaba en un artículo de la importancia de cuidar, dar tiempo y amor a nuestros padres en su ancianidad; como un acto de agradecimiento a todo lo que ellos nos dieron con tanta generosidad en nuestro crecimiento; Hoy, en las siguientes líneas enfocarè un nuevo fenómeno, que cada día crece más y más, adquiriendo dimensiones mundiales, el mismo hace referencia del maltrato hacia los padres, fenómeno conocido como Violencia Filio/parental, el mismo que puede durar años.

¿Qué es violencia?

Entendamos por violencia, toda conducta o acción que dañe física, Psicológica o económicamente a otra persona, en este caso específico, a los padres. La conducta violenta atemoriza y perturba a los miembros del sistema familiar; dichas conductas son aprendidas no son parte del temperamento del agresor, por consiguiente pueden cambiar y parar, desde el momento en que se pida ayuda y se comience con el tratamiento adecuado, en el que se incorporará tanto a las víctimas, en este caso los padres, como al hijo agresor. El hijo agresor puede tener conductas violentas normalizadas fuera de casa, como podría también ser solo violento dentro del sistema familiar.

Diferentes tipos de agresión:

La agresión psicológica comprende desde amenazar, chantajear, insultar, comentarios hirientes, descalificaciones, burlas, molestar hasta sacar de casillas a los padres, etc.

La agresión física comprende desde empujones a golpes

Si nos remontamos en el tiempo, podremos constatar que la Violencia filio/parental ha existido siempre, con la diferencia que aquella violencia de antaño generalmente iba de la mano de algún agente externo,
como por ejemplo:

-El uso de alguna sustancia psicotropica como: marihuana, coca-heroina-etc.

-El padecimiento de algún desorden mental, como por ejemplo: trastorno delirante, autismo, retardo mental, etc.

- Como consecuencia de una conducta de protección frente a la agresión perpetuante de los padres.

  • Hijos que fueron continuamente maltratados por sus padres Y devuelven el mismo trato que recibieron cuando son ya adultos.

La violencia filio parental actual:

La violencia filioparental actual a diferencia de la de antaño, abarca un problema central en el sistema familiar, que se relaciona con el control y el poder, puede darse en todo tipo de familias desde las llamadas funcionales hasta las disfuncionales; la violencia puede empezar con bromas hirientes de mal gusto, e ir subiendo de tono, llegando a insultos, amenazas hasta culminar en las agresiones físicas.

Causas para la violencia filio parental:

De las investigaciones hechas al respecto, se cree que entre las posibles causas para que dicho fenómeno de violencia se dé con tanta intensidad podrían ser:

- Haber pasado del autoritarismo a la permisividad, es decir , los padres pasaron de ejercer un modelo autoritario A un modelo democrático, modelo que de una u otra manera ubicó a padre/hijos en el mismo nivel jerárquico, sin lograr el equilibrio adecuado en el ejercicio de la autoridad.

Los cambios sociales tales como:

- La postergación de la paternidad.- los jóvenes de hoy van tras la conquista de otros intereses, tales como profesión, obtención de bienes materiales, etc. .

-La inclusión de las madres al área laboral: ambos padres comparten menos tiempo en casa, fenómeno que dio lugar a que surgieran los niños "llave".  

-Cambios q se vive a nivel de casa/escuela, en el que los padres descalifican a los maestros dando mayor peso al actuar de sus hijos.

- Cambios en los modelos de familia en donde la familia tradicional ya no ejerce un papel central y primordial en la sociedad

-Aumentó del índice de divorcios-

- Niños expuestos sin mayor control a la tecnologia.

- Fácil acceso de niños y jóvenes en ambientes sexualizados y erotizados.


¿Que alimenta la violencia?

- El miedo a denunciar hechos violentos, la perpetua-

- Padres demasiados permisivos-

- Entorno familiar en donde se utiliza la violencia para resolver conflictos-

-Mal uso de la autoridad parental-

-Padres sobre/ protectores-

-Padres que quieren complacer en todo a sus hijos-

-Padres que no establecen límites y normas claras-

- Desacuerdo entre ambos padres en relación a educar a sus hijos-

-Padres insatisfechos en su rol-

-Relación conflictiva de la pareja-

-Triangulación o Fusion de un padre con algún hijo.

-Reacción violenta de los padres frente a la conducta violenta del hijo-

Posible solución:

En aquellas familias en donde se dé este tipo de violencia, se sugiere buscar ayuda profesional desde un abordaje, que valide tanto el sufrimiento de los padres maltratados, así como el sufrimiento del hijo agresor.

  • Uno de los objetivos claves a lograr en el proceso terapéutico es la concientización de los padres de la existencia de abuso hacia ellos, ayudarlos a desarrollar nuevas pautas de interacción que no alimenten el ciclo de violencia; motivando a los padres a abandonar el excesivo control sobre el hijo, fomentando su propio autocontrol. Una vez encaminado el proceso terapéutico podremos fomentar que exista mayor presencia parental, con la finalidad que la misma permita el reconocerse y empezar a nutrirse afectivamente, logrando a corto o mediano plazo que padres e hijo puedan realizar alguna actividad conjunta. Este nuevo modelo de relacionarse los llevará a poder emitir y expresar mensajes positivos con cariño y aprecio. Todos estos mensajes pueden colaborar a que vuelva a darse entre padre e hijo un diálogo abierto y positivo, en el que prime por sobretodo el respeto mutuo y la aceptación consiente de las diferencias existentes entre ambos, padres e hijos.

 

 

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