Belén Bonnard

Belén Bonnard

Psicóloga Clínica
Directora Novavida  
VER HOJA DE VIDA

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El Diario de Ana - 9 actividades para hacer con adultos mayores en vacaciones

Miércoles 7:

¡Llegaron las vacaciones! Al fin ya no tuvimos que madrugar tanto hoy, aunque igual nos levantamos tempranos porque nos esperaba un gran día. Mateo se fue con papá al trabajo y Lucía se fue conmigo al trabajo, cada uno aprendió un poco acerca de nuestro trabajo. Fue muy especial porque pude compartir con ellos más y en un espacio diferente, además de que se ganaron una pequeña paga que les ayuda a comprender el valor del esfuerzo.  Así como especial, también fue muy divertido, ellos y sus ocurrencias. Para la hora del almuerzo aprovechamos que los cuatro estábamos por el centro y almorzamos en un restaurante, luego volvimos a nuestras oficinas.  En la noche, como si el día no había sido suficientemente movido, empacamos nuestras cosas y ¡salimos para la playa! Llegamos justo a tiempo para ver la caída del sol desde la playa, cenamos juntos en casa una deliciosa parrillada que preparó Luis, mi esposo, y finalmente nos fuimos a descansar. Me encantan las vacaciones, son igual a: más tiempo con las personas que amo.

Jueves 8:

Ya es enero, ya empiezan las vacaciones de mis nietos y la temporada playera para mis hijos. Hoy los llamé, a Mateo y Lucía, para pedirles que vinieran para darles la bendición antes de irse a Salinas, Mateo si vino pero a Lucía se le hizo tarde porque no había hecho las compras para llevar. Eso fue de tarde, pero en la mañana salí a revisar mis flores, luego almorcé con Eliana la chica que me cuida y estuve esperando que llegara Mateo. Luego de la linda visita de mi hijo y mi nieta la más chiquita, que es una muñeca preciosa, recé el rosario, cené en casa y esperé la llamada de mis hijos, de que habían llegado bien, para irme a dormir finalmente. Las vacaciones me gustan de lunes a jueves cuando me traen a mis nietos, pero no me encantan de sábado a domingo porque no hay nadie cerca que me visite o lleve a misa, pero yo me alegro de pensarlos disfrutando en la playa.

Me encantan las vacaciones, son igual a: más tiempo con las personas que amo.

Llegaron las vacaciones

En cada etapa nos enteramos de una forma diferente que las vacaciones llegaron. Cuando somos niños, estas empiezan cuando las clases terminan; cuando somos jóvenes, al empezar los viajes a la playa; si somos adultos, cuando ya no tenemos que madrugar para llevar a los niños a la escuela; y cuando somos adultos mayores… a veces no nos enteramos, o lo hacemos cuando nos damos cuenta de que este domingo no habrá quien nos lleve a misa, entonces empezaron las vacaciones.

A veces las vacaciones pueden convertirse en un obstáculo entre nosotros y nuestros abuelos o padres mayores, y en otras ocasiones pueden convertirse en la mejor etapa para ellos, todo depende de nosotros. Hoy vamos a enfocarnos en el segundo panorama.

Dios hizo las etapas perfectas, les pongo un ejemplo: Al adulto mayor le basta compartir una hora con su hijo para ser feliz las siguientes 23 horas del día y al adulto generalmente, por sus múltiples responsabilidades y actividades, sólo le queda una hora libre para hacer cosas como, visitar a sus padres. De esta forma todos seriamos felices, pero sabemos que muchas veces no es así de ideal por diferentes factores, como el consumismo, que nos ha llevado a trabajar más horas en nuestras empresas que en nuestras familias. Por lo tanto, conociendo que hoy parece que las horas tuvieran sólo 30 minutos, les voy a proponer una lista de 9 actividades para hacer con adultos mayores en vacaciones :

  1. Llega a su casa con un rompecabezas y ármalo con él.
  2. Invítalo al teatro.
  3. Lleva tu laptop y muéstrale videos musicales de su época, como de “Los Panchos” (te dirá que ese “disco” está lindísimo, explícale con paciencia que es “YouTube”).
  4. Invítalo a comer a un lugar rico, si no se anima a salir, llámalo y dile que no cocine porque tú llevas la comida.
  5. Imprime unos cuantos crucigramas y siéntate a resolverlos con él.
  6. Llévalo a conocer una Iglesia nueva o simplemente, a cualquiera cerca.
  7. Lleva una receta sencilla, los ingredientes, y proponle hoy cocinar juntos en honor a todos los años que te cocinó tan rico.
  8. Invítalo al cine (de preferencia a una película en español).
  9. MASTER plan: convéncelo de ir a la playa el fin de semana, si tiene limitaciones físicas que no se lo permiten, invítalo a una piscina.

Tip para convencerlo: explícale lo bien que le hace caminar en el agua, hacer actividades nuevas y además dile que ¡sus adorados nietos lo esperan!

10. Siéntate y escúchalo (guarda el celular y en silencio si es posible).

Hacer felices a nuestros abuelitos es muy sencillo, ellos no esperan ningún plan extraordinario, ni 5 horas de nuestro tiempo, sólo esperan que:

  • Estemos con ellos,
  • Los amemos a pesar de sus cambios,
  • Lo que hagamos lo hagamos con amor,
  • Lo que les digamos se lo digamos con cariño,
  • Lo que les corrijamos se lo corrijamos con paciencia,
  • Los comprendamos.

Los invito a que tengamos unas vacaciones que nos unan más a quienes amamos, aunque a veces esto implique sacrificios, pero vale la pena, pues como dice la Madre Teresa de Calcuta: hay que amar hasta que duela.

 

El Diario de Ana - Un día en la vida de los adultos mayores - Nueva etapa

Martes 7 de diciembre:

Hoy me levanté a las 7 AM, me bañé, me puse una ropa elegante, me preparé unos ricos pancakes con miel y un delicioso vaso de leche entera. Salí rápido de mi casa para que me alcanzará el día. Tomé mi auto y al salir del garaje me encontré con la sorpresa de que mi vecina Luisa ya estaba empezando su día también. Salí para la peluquería, luego pasé visitando la Iglesia, me queda tan cerca de mi casa y finalmente llegue a mi empresa. El día de trabajo estuvo bastante movido, pero se siente muy bien el cansancio porque la satisfacción de haber cerrado un negocio es más grande. Salí del trabajo un poco antes de lo habitual para pasar recogiendo a mis hijos y llevarlos a comer pizza. El mayor un caballero encargado de ordenar la pizza; la de en medio, engreída como siempre, así que tuve estar pendiente de que no se escapará a los juegos; y el más piojo comiendo con ayuda de mamá aún, pero feliz. ¡La pasamos increíble! Volvimos a casa y mi esposo llegaba al mismo tiempo del trabajo, lo noté bastante cansado, me imaginé que no había sido un día tan bueno pero, vernos siempre le saca una sonrisa a su rostro y esta vez no fue la excepción. Luego ya era hora de dormir, así que lleve a los niños a bañarse y a dormir. Finalmente tuve un tiempo a solas para compartir con Fabián, mi esposo, un poco acerca de nuestro día y animarlo con una buena noticia que le traía.

Definitivamente la compañía aligera el paso al andar.  ¡Hasta mañana, querido diario!

Miércoles 8 de diciembre:

Hoy empecé mi día a las 5 de la madrugada porque no pude dormir más, quizás las pastillas para dormir no hicieron efecto esta noche. Esperé una hora hasta que llegara la enfermera y me ayudara a bañarme y a vestirme, hoy me puse la bata de los miércoles. La enfermera me preparó una avena con yogurt natural, algo sencillo hoy, porque ayer se me había subido un poco el azúcar. Llegó mi hija por mi, en su auto a recogerme para llevarme al doctor, pues hoy me toca control del marcapasos. Al salir, no se por qué hoy recordé a mi vecina Luisa, bueno ex vecina antes de que mis hijos me trajeran a vivir a este nuevo barrio. Cuánto la hecho de menos, desde el cielo me cuida mi Luisa. Luego del doctor quería pasar por la Iglesia, pero finalmente se nos hizo tarde y no pudimos ir, mi hija debía ir a recoger a sus hijos a la escuela. Llegué a casa, recé mi rosario en la sala, me sentía un poco cansada así que fui a mi habitación a ver televisión hasta que me quedé dormida. A las 6 de la tarde la enfermera me despertó para darme la medicina y ayudarme a comer, pues en la noche me duelen más los dedos. Empecé a ver la novela luego de la cena, pero estaba muy melancólica esta parte, así que la apagué nomás y esperé a que me diera sueño. Cuánto extraño a Fabián, él era el de las largas y entretenidas conversaciones nocturnas. Definitivamente la compañía aligera el paso al andar. Mañana será otro día, querido diario.

La realidad del adulto mayor:

El diario de Ana, recoge experiencias y anécdotas de algunos adultos mayores e intenta hacer comprender al lector lo rápido y drástico que las personas mayores sienten el paso en su vida, de ser adultos independientes y productivos a adultos mayores dependientes y jubilados.

Este diario trata de que nosotros, hijos, podamos comprender, un poco mejor, como se sienten nuestros padres o abuelos. Es muy frecuente escuchar que las personas mayores son personas: tristes, amargadas o bravas. Es muy fácil que éstos sean los primeros adjetivos que se crucen por nuestra cabeza al ver a un abuelito, y es mucho más fácil aún decirlos, pero cuántas veces le hemos preguntado a nuestro adulto mayor cercano: ¿Cómo se siente?, ¿Por qué?, ¿Desde cuándo?, ¿Qué le gustaría hacer?… Probablemente nunca.

Muchas veces creemos saber qué es lo mejor para nuestro papá o abuelo y tomamos decisiones sobre ellos sin conversarlo antes con los protagonistas.  Es verdad que para las personas mayores en ocasiones es más complicado entender cosas que parecieran lógicas o sencillas para el resto, pero es ahí donde, en silencio, ellos nos piden la misma paciencia con la que ellos mismos nos contestaban cada una de nuestras miles de preguntas a nuestros 2 años. También es real, que con el paso de los años, los adultos mayores van teniendo conductas que se podrían asimilar a las de un niño pequeño, pero esto no nos debe confundir. Los adultos mayores no son niños, por eso el trato con ellos no puede ser igual. Ellos necesitan saber por qué, cuándo y cómo, sus hijos han decidido cambiarlos a otra casa, ellos merecen saber por qué ya no pueden comer ciertos alimentos, ellos necesitan y merecen explicaciones.

Con el paso del tiempo, la expectativa de vida se ha extendido, por lo que cada vez la etapa de la adultez mayor es más larga. Actualmente un adulto se jubila a los 65 años y tiende a vivir hasta alrededor de los 80 años, es decir que vive 15 años como un adulto mayor. Lastimosamente, por diferentes factores sociales, la adultez mayor conlleva una connotación negativa, de inutilidad, poca productividad, enfermedad, depresión y deterioro. Estas etiquetas han hecho que la persona relacione la jubilación con el fin de su vida y no con el comienzo de una nueva etapa.

La adultez mayor es una etapa de la vida, llena de cosas bonitas y otras difíciles, como es normal en cada etapa de la vida. En esta etapa se disfruta todo lo sembrado a lo largo de su vida, la familia, la amistad, el conocimiento, la experiencia, incluso muchas veces el dinero. En esta edad el nivel de estrés disminuye debido a que ya no hay tantos factores de tensión como lo solían ser el trabajo, el sustento económico, la educación de los hijos, su futuro, etc. En esta etapa el adulto mayor debe buscar realizar aquellas actividades de interés que siempre tuvo y quizás no pudo hacer por falta de tiempo, ya sea aprender un nuevo idioma, un tipo de baile, aprender alguna habilidad manual nueva, pertenecer a un grupo social, ayudar a la parroquia, etc.

Cuando se llega a esta etapa, el adulto empieza a mirar su vida hacia atrás y se empieza a cuestionar si cumplió sus planes de vida o no. Este proceso puede ser de mucha satisfacción o puede ser frustrante por un sentimiento de inconformidad con la vida llevada, es por esto que es sumamente importante una buena compañía que los escuche y ayude a aclarar cualquier autocrítica subjetiva que esté provocando sentimientos negativos en la persona.

Esta etapa no es “un ratito”, son alrededor de 15 o 20 años que debemos aprender a disfrutar, a conocer y a aprovechar sus tesoros.

Si hay que darle una connotación al término “adultez mayor, abuelito o jubilado”, que sea positivo. Que cuando escuchemos estos términos pensemos en: experiencia, sabiduría, alegría, esperanza, cariño, etc.  Para que este cambio sea posible, solo está en nuestra manos, recordémosles que ellos aún pueden hacer muchísimas cosas, simplemente que las hacen diferente y diferente es bueno.

Busquemos acercarnos a nuestros abuelitos, conversemos con ellos, motivémoslos a salir de sus limitaciones imaginarias, recuerden que ellos están viviendo encasillados por los limites que la sociedad les ha impuesto mediante este concepto negativo de la etapa que viven.

Quizás en algunos años, gracias a nosotros, el diario de Ana diga algo como: “Hoy amanecí con dolor en la cadera así que tuve que ir al doctor, pero voy muy feliz porque ese dolor me recuerda que ayer bailé hasta decir basta con mi nuevo grupo de amigas de la academia.”

 

 

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