Amigas queridas, madres, esposas o aquellas para quienes hacer familia es importante, todas tenemos vidas agitadas, llenas de ocupaciones y preocupaciones, en muchos casos teniendo que resolverlo casi siempre todo al mismo tiempo.

Este mundo moderno nos exige más cada día y, entre estas cosas, lo que pareciera menos importante que la integridad física y emocional de nuestra gente, es encontrarnos alrededor de la mesa.  Considerar que la mesa es parte de un todo, de hecho hasta en las sociedades más primitivas ya se daba este festejar y cuidar de los suyos, es una necesidad primordial del ser humano que nos preserva como especie de este individualismo actual, donde las personas se preocupan solo de sí mismos y de sus necesidades particulares, abandonando hasta sus seres más cercanos como padres e hijos, o simplemente no teniendo familias.

Eso es lo que los está llevando a desaparecer, el perder esta esencia primordial de pertenencia, de comunidad, afecto, solidaridad.  Primero no hay tiempo y luego ya no hay vínculo.  Por eso yo las invito a como pide el papa Francisco a entregarse al servicio de sus propias familias, si cada quien lo hiciera realmente de a poco haríamos un mundo mejor.   El dar y darse trae recompensas en el  día a día.

Dijo Aristóteles “Educar la mente, sin educar el corazón, no es educar en absoluto”

Alrededor de la mesa, donde los miembros del hogar se encuentren, se escuchen y se respeten, a más de alimentares; se crea un buen ser humano, un hogar, una familia, una sociedad, un país; con ese pequeño día a día que pareciera fácil pero no lo es tanto.   Es esa combinación de reglas, ejemplo, afecto, darle a cada uno un lugar especial, una comida no es solo para llenar la barriga o alimentarse.

Llenamos otros espacios fundamentales en la mesa y la cocina por eso se decía que en la cocina esta el alma del hogar. Proveemos un lugar de encuentro, damos afecto entre bocado y bocado, calidez, preocupación, enseñamos moral, decencia, buenas costumbres y muchas cosas más con cada plato especial, con cada linda mesa preparada con amor, son momentos  que los hijos conservarán en su corazón por siempre.

Hitos importantes de la vida de cada individuo, compartidos en familia, desde un cumpleaños o día de la madre, donde se festeja a los que queremos y estrechamos vínculos, le damos este sentido de pertenencia tan importante para los seres humanos, hasta un Bautizo o una Comunión donde afianzamos nuestras creencias enseñando que es importante para nosotros como familia, cómo todos juntos nos alegramos y festejamos por algo que para nosotros es importante.  La Navidad tan llena de significado, es hacer un pare en una vida agitada y llena de preocupaciones y obligaciones cotidianas para recordarnos que “esta es mi gente, mi familia y amigos, que nos queremos, que podemos contar con ellos”, por eso tenemos que cuidar ese entorno para mantenernos seguros y por buen camino.

En la mesa reforzamos nuestros principios y es el primer lugar donde aprendemos a vivir en comunidad, es decirles a los miembros del hogar: “aquí se los ama y habrá siempre un lugar esperando por ti en esta mesa, no importe lo que pase”.

En los cambios de aros,  bodas, donde las familias empiezan a conocerse y unirse, no es el gasto, ni el tamaño, es el cariño y el buen gusto y las ganas de trabajar y compartir por los que amamos. Una boda afianza vínculos, está llena de detalles importantes que tienen significado, pues de eso se trata.

Amigas queridas aquí estaré para brindarles, con todo mi cariño, lo que pueda servirles de mis experiencias de ser hija, hermana, esposa, 29 años de matrimonio, 6 hijos y 7 sobrinos queridos y todo lo que he estudiado, leído, cursos y trabajos, a su disposición, pueden escribirme para cualquier inquietud, estaré atenta a responderles.