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Maite Balda Escrito por  Jul 12, 2018 - 3242 Views

La ciencia detrás del instinto de anidación

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Sabes que tienes toda la ropa que necesitas, pero por alguna razón pillas un poco mas de ropita, solo por si acaso. Vuelves a revisar tu lista de “artículos para bebés” una vez mas, porque claro, 15 veces no son suficientes. Nunca te habías dado cuenta de lo desordenado que esta tu refrigerados y ya era hora de que alguien organizara las especias de la repisa. Ya que estamos, compruebas las fechas de caducidad de todo lo que hay en la cocina, organizas los closets de la casa, y por favor ¡Quién se puede concentrar con esa mancha en la ventana!

El instinto de anidación surge de la necesidad de preparar un hogar para un recién nacido. Los comportamientos complejos de anidación se pueden observar en varios animales. Para las cigüeñas blancas, construir o reparar un gran nido asegura la seguridad de sus polluelos. Las cigüeñas bebé aprenden a volar en la parte superior del nido, cuanto más grande sea el nido, menor será la probabilidad de caída y muerte. Los cochinillos nacen con un sistema termo-regulador no desarrollado, por lo que los cerdos mamá embarazados excavan fosas en el suelo para que los lechones se mantengan calientes. Los osos polares doblan su peso antes de encerrarse en una guarida auto-excavada donde tendrán sus cachorros. En los mamíferos, las principales conductas de anidación de comer, recolectar alimentos y asegurar un nicho cómodo, está regulado por las hormonas de progesterona, estradiol y prolactina.

La supervivencia de un recién nacido es altamente dependiente del hogar al que será bienvenido, por lo que es natural que hayamos desarrollado un mecanismo biológico para asegurar que esto suceda. Estas hormonas también son clave para desarrollar el vínculo madre-bebé. La influencia de estas hormonas es tal que cuando el nido de las ratas y los conejos son alterados o si no se les permite construir sus nidos, sufren una deficiencia de prolactina. La falta de prolactina hace que estos animales sean incapaces de crear vínculos con su descendencia.

En los seres humanos, hay tanto un componente hormonal como un factor social implicado en la anidación. Este instinto funciona como una garantía fisiológica de que las cosas estarán listas para la multiplicación de la especie.

Desde una perspectiva social, hay expectativas que determinan lo que un hogar o una mamá debe ser. Esto nos motiva a intentar todo lo posible para tener todo listo y perfecto para la llegada de nuestro bebé. La prolactina no sólo prepara la fisiología de la mujer para permitir la lactancia, sino que también actúa como un neuromodulador. La liberación de Prolactin después del nacimiento puede disminuir la libido y aumentar el comportamiento materno. Esta combinación es responsable de reaccionar ásperamente ante proposiciones sexuales y por lo contrario no cansarte de besar los piecitos del bebé.

 
Maite Balda

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